Taller Luvinaria-CUCBA
–¿Has oído cómo gritan los mudos?
–Creo que sí.
–Creo que no. Crisesboster.
-–¿Qué dices?
–Así se llamó al hombre con tan tremenda gracia con la que el señor lo privilegió: tenía el don de poder oír a los mudos.
–¿Y eso de qué sirve?
– Isesbo, como lo conocían,
– interrumpo conocían (murió)
– permíteme contarte que nunca existió.
–¿No me estás diciendo que nació?
–Pero no de la forma en que tú crees. Déjame contarte: mira, lento, Isesbo tenía muchas cualidades, y una muy característica era la de ser sordo.