Dilatación temporal / Mara Angélica Gutiérrez Medrano

No me preguntes cuánto tiempo te pediré ahora, que no bastará medida para descifrar el universo…
       Ahora, mi amor, enclaustremos las palabras y que oren en silencio. He navegado tantas veces tu cuerpo y sin embargo nunca descifro por completo la magia de tu existencia…
       Ahora, mi amor, hay que callar lo que es obvio, que no necesitamos razones ni limites entre tu placer y mi deseo…
       Mientras, yo comenzaré a deducir el porqué de la perfección de tus formas…
       Por qué ahora entre paredes parece estar escondido el universo y cómo en ti se concentra todo lo sublime y lo humano al mismo tiempo…
       Que cuando te beso arrancas un recuerdo casi olvidado de mis entrañas, de cuando las cosas eran bellas en su más pura inocencia.
       No me preguntes cuánto tiempo te pediré ahora, que ya te quité los segundos que tus pupilas pierden en cada una de estas letras o en mi eco palpitando hacia tu oído…
       Y aunque estas letras se consuman, nunca será el tiempo necesario… porque tal vez no entiendas que tu existencia en mí es infinita y mi maravilla de tenerte, insuperable…
       Y quiero advertirte que no te pido del tiempo ese que se gasta en la butaca de la escuela o en medio del tráfico, que para nada te gusta, porque yo tengo de ti más de lo que te puedes imaginar…. tengo esa risa que te delata a veces con malos pensamientos, y el roce de tu mano por mi espalda; guardo toda una colección de tus miradas, desde tu comportamiento medio infantil hasta tu furioso despertar… En resumen, tengo de ti los instantes más sublimes, esos en que la respiración se vuelve lenta y la existencia misma tiene lógica.
       En fin, sabes que no te pediré algo que para ti sea inevitable darme por el simple milagro de tu existencia y por mi frenético deseo de tenerte siempre…

 

 

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