XI Finalista Luvina Joven-Poesía / Cuervos vienen

Guadalupe de Jesús Pérez Ledesma

CATEGORÍA LUVINA JOVEN

Preparatoria Regional de Tepatitlán, módulo Yahualica

En las cercanías del fúnebre horizonte asoman las cabezas errantes de los cuervos vienen a devorar la carne.
La soledad insípida me arrastra, soy miserable,
la tortura en mi mente, añicos me hace.
Los pasos contados, los huesos quebrados.
Sin lengua, sin oídos, sin ojos.
Sin alma, humillado, cruel y desdichado.
Ni siquiera tengo una tumba, mi cadáver inerte a la intemperie despedazado por cuervos.
Podrido desde dentro, muerto.
Culpa, un pecho hundido, golpeado por las campanadas de una iglesia, anuncian el entierro de un cuerpo que no es el mío.
Dolor, lágrimas gruesas corriendo.
Furia, un león rugiendo, mordiendo sin poder librarse de su sangre hirviendo.
Amor, ¿qué es? Yo no lo tengo, solo poseo el horrendo desprecio.
No veo el cielo, solo cuervos.
Ambición, pedantes anhelos que no serán satisfechos, maldición para aquellos que los secundan.
Púrpura, lleno el cuerpo de moretones, lilas dedicadas por la familia hipócrita para fingir consuelo.
Todos lo tienen todo, yo tengo un pedazo de infierno.
Engranajes rotos, ojos vidriosos, cuervos viniendo.
Destrozadas, vírgenes inmaculadas dejan de serlo.
Huecos, permanentes rastros de lo que nunca fueron.
Soberbias voces emiten gritos y profanadas por el sarcasmo se vuelven peores.
Rostros tiesos en la pieza iluminada con festines para cerdos.
Carcajadas en el silencio, regresando todo el tiempo.
Graznan los cuervos.
Caminos sin rumbo cruzados por pies descalzos, ensangrentados.
Remolinos sempiternos en los que me veo envuelto, ruedas que no giran.
Sueños añejos, imposibles, indescifrables.
Iracundos astros nos observan desde lejos, inalcanzables y bellos.
Desaforados fuegos consumidos por los ruegos.
Maldito mundo trastornado y masoquista, convenciéndose de ser bueno.
Impelido al mal vehemente.
Encapotado el cielo, por fin lo veo, devorado ya por los cuervos.
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