Un trago por Rimbaud / Gonzalo Rojas

     Cáncer a la rodilla a los 36 según la Escritura,
     cuando sueña un Dios,
     un mendigo cuando piensa, reinventó las vocales,
     las pintó, las desolló, filmó otra película, locura,
     pura locura.
    
     Pero, en cuanto a la O del sol, ¡difícil!
     y es que literalmente no se sabe, algo
     estará escrito en el Corán pero no se sabe:
     orgullo, olfato, origen, ¡todas esas OES!
     Pero no, no se sabe.
    
     Qué se va a saber, ¡un trago por Rimbaud! Preferible
     la A de águila, por lo menos ésa sangra
     sangre fresca de mujer, te arranca
     los ojos de un picotazo: alfa, aleph,
     ¡Abisinia!, ¡Abisinia!
    
     Ajustemos las cuerdas del no sé, ¿qué es por último esa I
     esbelta?, ¿un cuchillo
     violador, uno de esos cuchillos rencorosos
     que no podrán nunca escribir
     el Mundo por atarantados? Pero no,
     el enigma es otro, si el cuchillo entraba bestial
     hasta el último clítoris en la tabla del seso, el
     esquizo escribía, si no
     adiós esquizo.
    
     Volvamos a la E, preñez, preñez, ¿todo es euro entonces?,
     ¿entonces no hay preñez en el gran juego de las galaxias?,
     ¿y Hermes?, ¿y el portentoso Hermes?,
     ¿y Egipto?,
     ¿y Heráclito de Éfeso?
                   Terra,
     terra chillaban las gaviotas.
     ¿Y la E de eternidad?
    
     Topamos con la U de urna, Sancho, aquí
     se acaba el cuerpo: uno y su urna. No hay nariz que no sea urna,
     ni oreja de oír, ni ojo
     ciego de no ver, ¡zapatos y más zapatos!, sáquenlos de ahí, vestiduras
     de nadie, basural
     de culebras, ¡gangochos de haber sido!,
     tiras de elegancia, gangochos y más gangochos, todo es urna, ¿Erlebnis und                         [Dichtung?
     un trago, Rimbaud, preferible un trago, estos peñascos
     van a acabar con nosotros,
                           y allá abajo diamantino El Renegado
     que no va a desembocar nunca.
    
    

     Este poema se conserva en el archivo de Gonzalo Rojas,
quien lo fechó el 4 de febrero de 2009 y lo dedicó a su nieto Joaquín.

 

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