(Lima, 1982). A dónde volver (Paroxismo, 2016) es el libro del cual se seleccionó el poema publicado aquí.
Hoy copié tres libros enteros. Tres libros del ancho de un arroz e intensos como tu recuerdo. Los copié esperando la eternidad: tu cuerpo en el sillón verde, tus pies vestidos de colores, o tus manos comiendo galletas, Copié sin parar y no apareciste en ningún lugar, ni aun tu sonrisa apareció Ni aun tu cuerpo cuando contenías al mundo Y me contradecías y me derrumbabas en esa página o en la otra. He copiado más, unas tras otras, más páginas, imitándote en el mismo lugar, Y he intentado cantar en otro idioma sobre el puente que nos llevaba a la casa del león A la casa altísima de las nubes metálicas ¿Recuerdas las nubes que flotaban alargadas sobre la fuente? ¿Recuerdas el arco iris entre los chispazos de agua del Punto? Te he buscado en la casa de Andy, donde el pensamiento parece música Donde hay todavía imágenes nuestras grabadas en una que otra cámara He ido a recoger una visión que me encienda, y he dejado el silencio amontonado en el suelo Borrando el camino de regreso Borrando el principio y el final, Borrándolo todo para quedarme ahí, en la sala de las nubes, acorralada por el león, Mirando las fotos de los gatos dibujados que le hubieran gustado a Gracia, mirando [cómo estiras tus piernas en el extenso sofá púrpura mientras muerdes un pan con queso. Todo el día de hoy es madrugada: mi sangre, el tiempo, la forma como pesa tu [ausencia, mi boca desollada interrumpiendo el poema que escribo. Todo el día de hoy es madrugada y mientras logre ver reflejos en el río, mientras logre recoger este aprendizaje, podré vaciar este cuerpo que me ocupa.