Sr. Carlos / Ingrid Dávalos

Preparatoria 11 (UdeG)

Una noche soñé un lugar desconocido con colores opacos, absorbiendo hasta el último rayo de luz, muros inmensos de piedra, lugar sin salida, perdido en un instante de confusión, que sería eterno. Psicastenia, sábanas blancas convertidas en fantasmas. Mirada en el cielo que imagino desde aquí que existe pero no encuentro, golpes plomizos aprietan mis arterias al punto de la inconciencia, una respiración agitada que se corta al compás de un sonido que aún no termino de percibir, tiemblan las sombras con mis ojos cerrados, las voces se vuelven más distantes, aquí está mi hija que no puedo tocar ni con mis pensamientos, el entorno se vuelve nebuloso, la tetricidad se transforma en una figura bien definida.
    ¡Hoy es esa noche y el lugar se llama corazón!
 
    Se encontraban en aquella sala con minúsculos mosaicos color verde, la iluminación era exorbitante, los trajes azules hacían juego con las sábanas de la cama, instrumentos sofisticados, y el típico sonido que da la vida en la pequeña maquinita, había demasiada confusión, desconcertantes eran los pasos a seguir para ese tipo de situaciones, además alguien mayor como el Sr. Carlos no tenía extensas esperanzas en su emergencia de salvación.

    -Necesitamos bajar la adrenalina.
    -Estamos perdiendo ritmo cardiaco.
    -Más unidades de estreptoquinasa.
    -Doctora, lo perdemos.
    -Pongan el desfibrilador.
    -Se ha ido, doctora.
    -Una vez más inténtenlo.
    -Lo perdimos.
    -Ya no hay nada que hacer.

Hora de la muerte: 9:26 pm. Causa: infarto al miocardio.

 

 

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