Preparatoria Regional de Tala, 2014 B
La oscuridad es penetrante. Los ojos, esos ojos tan brillantes los puedo distinguir aunque estén detrás de ese enorme árbol; no han dejado de mirarme. ¿Por qué me veo afuera si estoy adentro? ¡No! ¡No soy yo! El viento sopla y me raspa la piel. Hay un hedor a flores, a llantos que a lo lejos se escuchan. El péndulo del reloj sigue estático. Llevo mucho tiempo aquí y aún siguen siendo las 2:45 de la mañana. Un rostro deforme se encuentra enfrente de mí, en sus labios una risa se forma. ¡La ventana! ¡No puedo abrir la ventana!