Si estás viva / Ana Merino

Si estás viva

tendrás que acostumbrarte

al desamor

con su desapacible exuberancia;

neutralizar

cualquier indicio

de su patógena presencia

para volverte inmune

sin perder la cordura.

 

Ser metódica,

tragar el desafecto

con ternura

y reírte en secreto

de tu propia tristeza.

 

Si logras superar

este fracaso,

te harás adicta

a lo que más te duele,

al entramado hostil

de las causas perdidas

que deambulan contigo

por esa geografía

de plenitud ingrávida

que te ayuda a volar

cuando los espejismos

se mezclan con las huellas

de los rinocerontes

que lloran enjaulados.

 

Silencia lo que intuyes,

drena su desnudez

para que cauterice,

y nunca olvides

que el tiempo enamorado

es una medicina

que se agota,

entonces no podrás

ocultar sus secuelas. 

 

 

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