Sherele es un cuarteto integrado por dos mexicanos —Luis Eduardo Arreola en el bajo y Diego Escobar en la batería—, una francesa —Natalie Braux, clarinete— y una argentina —Sibila Knobel en las guitarras. Los cuatro viven en Guadalajara, han tocado en muy diversos proyectos musicales y ahora conforman uno de los pocos grupos en México, y el único en Guadalajara, especializados en la música de la tradición judía de Europa del este, también conocida como klezmer. Sherele toma temas del repertorio klezmer, pero en sus arreglos incorpora elementos de jazz, rock, tango, folklore argentino y mexicano, lo cual le da un toque característico a su propuesta musical. Aquí una breve entrevista con su clarinetista y su baterista.
¿Cómo definen la música klezmer?
NATHALIE: El término klezmer se deriva de los vocablos hebreos kley, que quiere decir «cantar», y zemer, «instrumento», por lo que podría traducirse como «instrumentos cantores» o «instrumento de canto». Es una música originalmente tocada por bandas itinerantes en la Europa del este, y que, efectivamente, era más instrumental que cantada. Es una música que, por una parte, puede ser muy introspectiva, como oraciones, pero esas mismas piezas se pueden acelerar y ser totalmente festivas. Hay otras que son totalmente para bailar en rondas durante ceremonias, bodas y otras fiestas.
El klezmer ha tenido una especie de renacimiento en los últimos años, ¿no es así?
NATHALIE: Sí, aunque es una música muy antigua, prácticamente desapareció del mapa a raíz de la Segunda Guerra Mundial y la persecución de los judíos. Muchos emigraron y dejaron de tocar el klezmer hasta mucho tiempo después. Ahora hay muchos grupos en distintos lugares del mundo. Hasta en México, como nosotros.
El clarinete es un instrumento muy característico de esta música…
NATHALIE: Sí, de hecho yo llegué a este repertorio a través del clarinete. Para un clarinetista o un violinista, el repertorio klezmer puede ser muy atractivo.
Diego, ¿cómo te interesaste tú por este tipo de música?
DIEGO: Yo me interesé por el klezmer y los sonidos judíos en la música a través del jazz. Empecé a darme cuenta de que en Nueva York había muchos jazzistas muy reconocidos que estaban haciendo proyectos que no precisamente eran klezmer pero tenían mucho del sonido y de la inspiración judía. Eso empezó a despertar mi curiosidad por la música judía, lo cual me llevó directamente al klezmer.
Aunque ya tienen algún tiempo con el proyecto de Sherele aún no existe una grabación de ustedes…
NATHALIE: Ya viene en camino, de hecho ya grabamos el disco y estamos trabajando en la mezcla poco a poco, porque lo estamos produciendo nosotros mismos con nuestros recursos. Después habrá que hacer la edición. No hay un título definitivo aún, pero podría ser Klezmerica. Estamos muy contentos de lo que hicimos y del resultado de la grabación, porque lo grabamos como si estuviéramos en vivo y salió muy emotivo.
¿Cómo los ha recibido el público de Guadalajara en sus presentaciones?
Muy bien, recientemente estuvimos en la Fiesta de la Música y la gente se puso a bailar, a hacer trenecitos, a palmear, estuvieron muy contentos porque la música en sí misma es muy festiva.
En el escenario, Sherele es una fiesta multicultural que ofrece sonidos antiguos fuertemente enriquecidos con ritmos estimulantes y coloridos. Escucharlos puede sumergir al oyente en el ambiente de una boda judía o bien en la nostalgia provocada por la dulce armonía del clarinete. Sherele es una ventana abierta a nuevas experiencias acústicas para oído y corazón. Quienes no hayan escuchado aún al conjunto pueden hacerlo a través de la página web www.myspace.com/shereles.