Santiago a solas contigo / César Cabello

La ciudad nos recibe de espalda
como lo haría un padre con su hijo
desbordado por la locura
y en total oscuridad

Nos recibe como un ciego que no confunde
el grueso y pesado sonido
de un astro que cae
                                con el brusco amanecer
                                que a sus ojos imponen
                                las tinieblas

Nos acercamos sigilosos
para no despertarlos
                                 a la ciudad y al perro que la acompaña
                                 restregándole un sudor tibio
                                 y un gesto hermanable

Aunque mis huellas quedan en cada una de sus heridas
en los calabozos y en las casas deshabitadas
donde me echo a dormir o robo las que serán
mis pertenencias
 
Mis huellas     mis falsas huellas repartidas

en los expendios de vino y en los bodegones
donde hombres se juntan a violar a una mujer

Recorro tu casco viejo y aquel cerro que flota
por encima del smog y de las nubes
Escucho el río al que me lancé 10 veces    
y 10 veces salí dando arcadas
con un sabor a podrido
en la boca

Y veo a mi madre esperando que alguien
reconozca al vástago que lleva en el vientre
y eso me tortura

No tener un padre a quien abofetear
cuando se presenta ebrio
                                                o un hermano rojo
                                                atado a las máquinas
                                                tragamonedas

Más allá de los edificios la ciudad se nubla
y hay un niño vagando entre camiones de asfalto
y aplanadoras

Iré pronto     ya verás
la caída de un lucero sobre la capital de Chile
Santiago de Chile que nos atraviesa
como la más temible carretera

 

 

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