*** / Samanta Berenice Navel Márquez

Preparatoria 11 / 2011B

Todo comenzó aquella noche. Era lluviosa, densa, se sentía la maldad en el aire, ningún alma en kilómetros. El ruido de la tormenta abarcaba todo, los truenos rugían, los relámpagos te daban vida por un segundo para que al siguiente terminaras muerto de miedo por las horribles sombras que se podían vislumbrar. O quizá todo era parte de tu imaginación, no podrías estar seguro, y no creo que alguien quisiera enterarse de que estaba rodeado de monstruos oscuros  que aparecen, te hieren incluso hasta la muerte; pero lo peor es que no sólo te atormentan en vida sino incluso más allá de la muerte. Cuídate, reza por que nunca te encuentres con alguno de ellos, porque será lo peor. Te lo digo yo que he sufrido esto, me han atormentado durante una eternidad.
Esta noche regreso,  pero no para ser feliz sino para intentar cuidar de ti, esperanzado.  No caigas en estas trampas mortales, esta noche estoy aquí para ayudarte…
El dolor, la sangre derramada, las vidas arruinadas; los monstruos que disfrutan atormentándonos esta madrugada…
Corre, literalmente corre por tu vida, incluso por tu muerte, para que logres tener la oportunidad de descansar en paz en el más allá.

 

 

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