Salvando al soldado Pérez / Beto Gómez y Francisco Payó González

ABRE A:

1 EXT. PAISAJE NORTEÑO. DÍA (FLASHBACK) 1

Nos encontramos frente a un paisaje vasto, desolado, como extraído de algún western crepuscular…

El sonido del viento es lo que único que delata alguna señal de vida, levantando algo de polvo y agitando los arbustos…

Dos diminutas, casi microscópicas figuras entran a cuadro, corriendo en la lejanía…

 

CORTE A:

Vemos a un par de niños cuyas chanclas no les impiden correr a toda velocidad en plena competencia fraternal. Al frente va JULIÁN, un niño a lo sumo de 9 años, que sin esfuerzos logra llevarle la delantera a su hermano JUAN, quien debe de estar a punto de cumplir 5 y que corre ataviado con una toalla a manera de capa de superhéroe y un improvisado antifaz hecho con una bolsa de plástico.

JULIÁN azuza a su hermano a ganarle y acelera, obligando a JUAN a apretar el paso. Los dos hermanos desaparecen tras una loma. En la pantalla aparece el TEXTO:

EL MANGUITO, SINALOA, 1975

JULIÁN se detiene frente a una barda de piedra que permanece enmedio de la nada. JULIÁN recoge una botella del suelo y la coloca enmedio de la barda. JUAN recupera el aliento mientras su hermano deja tres botellas en fila.

JULIÁN suelta un silbido. Una figura salta ágilmente detrás de la barda y aparece frente a los dos hermanos, levantando una nube de polvo cual involuntario acto de magia. La figura se revela como CARMELO, un niño de rasgos indígenas, vestido sólo con unos calzones color celeste. Su pelo largo, atrapado en un gastado paliacate, se agita con el viento.

CARMELO porta una rústica resortera que le entrega a JULIÁN, y se retira unos pasos, dejando a los dos hermanos en una estrecha pero también incómoda intimidad.

JULIÁN le ofrece la resortera a JUAN. El pequeño toma el arma con veneración y cierto miedo. Ante la mirada atenta de JULIÁN, JUAN recoge una piedra y estira con ella su resortera hasta tenerla totalmente tensada.

JUAN se prepara para tirar como si se le fuera la vida en ello…

La piedra sale volando y pega en plena barda, ni remotamente cerca de alguna de las botellas…

JUAN no puede ocultar su pena ante JULIÁN, quien le da una palmada afectuosa y recoge la resortera.

JULIÁN recoge una piedra y apunta. Vemos en los ojos de JUAN una intensa admiración por su hermano JULIÁN.

Los dedos de JULIÁN sueltan la piedra, la cual parte como una bala hacia su objetivo. La botella vuela en mil pedazos, una y otra vez…

Dominado por la adrenalina, JULIÁN recoge a toda velocidad otra piedra y en menos de un segundo hace trizas la segunda botella.

JULIÁN tiene ya lista la tercera piedra para tirar. JUAN observa sorprendido la destreza de su hermano.

La tercera piedra sale disparada hacia la última botella. El sonido de la piedra a toda velocidad sube de volumen hasta dominar toda la escena…

La tercera botella se convierte en un montón de vidrios voladores…

A BLANCOS

ABRE A:

2 EXT. BARRIO DE EAST L.A. (LOS ÁNGELES, 2 CALIFORNIA). DÍA 2

Vemos un barrio latino, en las primeras horas de la mañana.

Dos empleados de un supermercado levantan la cortina metálica de la puerta principal.

Un hombre que corre por la calle saluda con familiaridad a los dos empleados, que le devuelven el saludo

Varios niños tomados de la mano suben a un autobús escolar.

Sobre la imagen aparece el texto:

LOS ÁNGELES, 2003

 

3 EXT. ENTRADA HOSPITAL. DÍA 3

En una esquina se levanta un modesto hospital. A la entrada del edificio se encuentran cruzadas una bandera mexicana y una estadounidense.

 

4 INT. PASILLO DE HOSPITAL. DÍA 4

Un nuevo día comienza en el interior del hospital, un día que arranca con la más absoluta calma y rutina…

Un viejo empleado de origen hispano termina de trapear el piso del ingreso…

Una enfermera pasa junto al empleado cargando unas sábanas.

 

CORTE A:

5 EXT. ENTRADA HOSPITAL. DÍA 5

La tranquilidad es rota bruscamente por la irrupción de varios vehículos blindados, entre Hummers y autos de lujo, que rodean el hospital.

Los sonidos de las llantas frenando y los motores rugiendo avisan de la llegada de un peligro inminente, de la violencia absoluta…

 

CORTE A:

6 INT. PASILLO DE HOSPITAL. DÍA 6

El viejo empleado de origen hispano abre unas cortinas que permiten al sol bañar con su luz el piso recién trapeado…

En el mueble de la recepción, un enfermero ve el noticiario matutino hablado en español mientras bebe su café.

 

CORTE A:

7 EXT. ENTRADA HOSPITAL. DÍA 7

De los vehículos descienden varios PISTOLEROS con armas de alto poder, todos vestidos de manera llamativa, con camisas estampadas, botas, hebillas y sombreros. Los PISTOLEROS toman posiciones estratégicas.

Varios de los PISTOLEROS ingresan al hospital, mientras el cerco de autos blindados se abre por unos instantes para dejar pasar un vehículo de lujo que se estaciona justo en la entrada del hospital.

Un pistolero abre la puerta del vehículo de lujo. Vemos descender una silueta que inicia en unas finísimas y ostentosas botas de serpiente y termina en un contraluz que sólo nos permite adivinar que ha llegado el jefe de jefes.

El Jefe, al que no le distinguimos el rostro, se coloca su sombrero, arroja el puro a la calle y lo apaga con el primer paso que da.

El Jefe avanza hacia la entrada del hospital, acompañado de un grupo selecto de pistoleros, mientras el resto de sus hombres mantiene cercado el lugar.

 

CORTE A:

8 INT. PASILLO DE HOSPITAL. DÍA 8

Vemos que se abren bruscamente las puertas de la entrada. El grupo de hombres con toda la facha de pistoleros avanza a paso veloz entre el personal, visitas y pacientes.

Notamos que varios PISTOLEROS ya tienen bajo control el lugar y se mantienen firmes al paso del grupo que encabeza el Jefe.

Al pasar frente al mueble de la recepción, el enfermero que se encontraba viendo un noticiario hispano continúa sosteniendo, tembloroso, el café en la mano. El enfermero nota un brillo letal que sale de la chaqueta del Jefe.

El café cae de las manos del enfermero al piso.

El Jefe, JULIÁN PÉREZ, es un hombre que a sus treinta y muchos años tiene esa mirada de la que no se puede esperar nada bueno. Más que la mirada de un pistolero parece la mirada de un rey.

Las botas norteñas de JULIÁN y sus PISTOLEROS suenan con gran eco por todo el hospital.

Las deficiencias del lugar hacen que JULIÁN y sus PISTOLEROS avancen en penumbras por momentos. Un asustado PACIENTE en silla de ruedas ve pasar al contingente.

El grupo se detiene frente al maltrecho elevador, que se abre. Un médico camina apresurado y detiene con su pie las puertas, que estaban por cerrarse. Pero al toparse con la mirada dura de los pistoleros, el médico retrocede y las puertas se cierran frente a él.

 

CORTE A:

9 INT. PISO DEL HOSPITAL. DÍA 9

Las puertas del elevador se abren. JULIÁN y sus PISTOLEROS avanzan por el segundo piso del hospital entre el espantado personal, dominados por una determinación implacable.

Hay un fugaz intercambio de miradas entre JULIÁN y un médico, quien le señala con la mirada una habitación.

El contingente se detiene frente a la puerta señalada. JULIÁN es el primero en entrar.

10 INT. CUARTO DE HOSPITAL. DÍA 10

JULIÁN y sus PISTOLEROS entran y de inmediato perciben una presencia familiar, la de la muerte.

Los enfermos que ahí se encuentran, conectados a sondas y máquinas, algunos con mascarilla de oxígeno, ni siquiera prestan atención a los recién llegados.

JULIÁN distingue al fondo a una mujer que duerme dándole la espalda. La mujer tiene conectada una sonda a un brazo.

Sin retirar la mirada de la mujer, JULIÁN desenfunda su pistola escuadra bañada de oro… y se la entrega a uno de sus pistoleros.

JULIÁN avanza solo, haciendo crujir el maltrecho piso, mientras sus PISTOLEROS se quedan a la entrada, guardando una actitud más de respeto que de vigilancia.

La mujer en la cama, DOÑA ELVIRA, abre los ojos lentamente, y sin voltearse parece reconocer al hombre a sus espaldas.

Por un instante se asoma un dejo de emoción en esa mujer que identifica en esos pasos al hijo perdido hace años. Pero esa emoción se convierte rápidamente en una expresión de dureza.

DOÑA ELVIRA
(Con dificultad)
¿Qué quieres?

JULIÁN
(Emocionado)
Amá…

DOÑA ELVIRA se voltea y enfrenta a JULIÁN con la mirada de una fiera herida.

DOÑA ELVIRA
Tú no eres mi hijo… hace mucho
que dejaste de serlo.

JULIÁN
(Observando las pésimas
condiciones del lugar)
¿Cómo es posible que esté usted
aquí, amá? Usted no se merece esto…

DOÑA ELVIRA mira con desdén a JULIÁN y sus acompañantes.

DOÑA ELVIRA
¡Prefiero podrirme aquí que estar
junto a verdaderas ratas!

Las palabras de DOÑA ELVIRA calan hondo en JULIÁN. Al fondo,
los PISTOLEROS se miran entre sí.

JULIÁN nota una fotografía donde se ve a DOÑA ELVIRA abrazando a un joven de alrededor de 25 años.

JULIÁN
¿Y mi hermano?

La expresión de DOÑA ELVIRA cambia drásticamente. La mujer no responde.

JULIÁN (CONT’D)
¿Dónde está Juan, mamá?

DOÑA ELVIRA trata de reprimir el llanto.

DOÑA ELVIRA
No lo encuentran…

JULIÁN
¿Qué?…

Unas lágrimas comienzan a salir por los ojos de DOÑA ELVIRA.

DOÑA ELVIRA
No saben nada… no nos dicen
nada…

JULIÁN
¿Y por qué se metió de soldado?
¿Por qué se lo permitió, amá? No lo
entiendo…

DOÑA ELVIRA
(Desafiante)
¿Y tú qué tienes que entender? Mi
Juan siempre ha estado conmigo, él
quería lo mejor para nosotros… él
necesitaba esa green card… por
eso se fue a Irak…

Al escuchar esto último, JULIÁN hace ademán de querer
reclamar algo, pero se contiene.

JULIÁN
(Nervioso)
¿Desde hace cuánto está perdido?

DOÑA ELVIRA, totalmente afectada, se niega a responder.

JULIÁN (CONT’D)
¿Desde cuándo, mamita? ¡Dígame!

JULIÁN toma a DOÑA ELVIRA de los hombros, impotente. Por toda respuesta, DOÑA ELVIRA rechaza su contacto y se recuesta en la cama.

Súbitamente, DOÑA ELVIRA se incorpora, con una expresión de inusitada fortaleza y resolución.

DOÑA ELVIRA
Dicen por todos lados que eres el
hombre más poderoso de México…
que nadie puede contigo… Si eso
es cierto… y si quieres mi
perdón, sólo hay una cosa que
puedes hacer… Julián Pérez…

JULIÁN se pone de rodillas, quitándose el sombrero frente a DOÑA ELVIRA. Madre e hijo son bañados por la luz del sol que entra por una de las ventanas.

JULIÁN
Sólo pídamelo…

DOÑA ELVIRA
Tráeme de vuelta a Juan…

Hay un silencio total en la sala, sólo cortado por la respiración agitada de los presentes y las máquinas.

DOÑA ELVIRA (CONT’D)
Vivo…

A NEGROS

 

Aparece el TÍTULO:

SALVANDO AL SOLDADO PÉREZ

 

ABRE A:

11 INT. EXT. JET PRIVADO – DESIERTO NORTE DE MÉXICO. DÍA 11

Desde la ventanilla de un jet privado vemos un desierto en el norte de México.

Sentado junto a la ventana, JULIÁN observa pensativo el paisaje.

Al fondo, los PISTOLEROS que lo acompañan miran a su jefe, sin atreverse a hablar.

Frente a JULIÁN está dispuesto un apetitoso platillo, al que no le presta atención.

Un CHEF se acerca con cautela y retira el platillo.

El jet inicia su descenso.

 

CORTE A:

12 EXT. HACIENDA. ATARDECER 12

Una caravana de vehículos ingresa a una hacienda inmensamente grande… El exterior de la hacienda es vigilado por un cerco de vehículos y hombres armados. La sensación es la de entrar a un castillo en estado de sitio.

En el portón de la entrada sobresalen las estatuas de dos tigres en posición de ataque.

La caravana pasa por los inmensos jardines, donde también se encuentran guardias apostados en puntos estratégicos.

 

CORTE A:

13 INT. EXT. HACIENDA – PLANTA ALTA. ATARDECER 13

A través de unas persianas, alguien observa la llegada de la caravana de vehículos al interior de la hacienda…

Descubrimos entonces a ELADIO, lugarteniente de JULIÁN, un hombre de porte distinguido y mirada enigmática, quien instintivamente se abotona su costoso saco hecho a la medida y se aleja de la persiana…

 

CORTE A:

14 EXT. HACIENDA. ATARDECER 14

Los vehículos se detienen a la entrada de la casa principal, y de una de las camionetas desciende JULIÁN.

 

CORTE A:

15 INT. SALA DE HACIENDA. NOCHE 15

JULIÁN escudriña con su mirada a los presentes.

JULIÁN
(Golpeando la mesa)
A ver… primer punto,
¿dónde chingaos está Irak?

JULIÁN se encuentra en una sala inmensa y de gusto campirano llevado a la extravagancia, donde lo mismo se ven cabezas de animales disecados y armas antiguas colgando de las paredes que elementos de alta tecnología.

Sentados en la larga mesa, en la que hay platos de frutas y cecina, se encuentran reunidos sus hombres de confianza, un selecto grupo de tres norteños, PASCUAL, DELFINO y CORNELIO, quienes integran la familia criminal de Julián Pérez.

ELADIO, que contrasta con los presentes por su costoso traje sastre que completa su imagen de dandi, se incorpora y apunta con un control remoto a una pared.

Una pantalla plana desciende sobre la pared. Se apagan las luces de la sala. Se enciende la pantalla, mostrando un mapa virtual de Irak y los países que lo rodean, que se van iluminando conforme ELADIO los menciona….

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