Preparatoria de Tonalá / 2012B
La tarde ha caído; la lluvia entristeció el día. Sin nada que hacer y con un pesar muy grande me dispuse a perder el tiempo.
Tu visita fue inesperada y con cortesía me dejé invadir. Tu caminar y tu sonrisa coqueta me inspiraban; tu mirada seductora me inducía a lo prohibido, mientras tu suave y sedosa piel me acariciaba la barba de dos días; la dulce miel de tus labios me sumergía en una pasión extrema.
Perdido en lo profundo de tus ojos e hipnotizado por tu suave fragancia femenina, tus manos me provocaban un gran ardor, acompañado de cosquilleos.
Seducidos por el placer, sin pudor, nos dispusimos a llegar al éxtasis; el deseo nos empujó hasta el orgasmo, invadimos la habitación con calores y aromas, huellas de nuestra ternura.