Poemas

Roxana Paez

Roxana Paez (La Plata, Argentina, 1962). Ha publicado trece libros, entre ellos Poéticas del espacio argentino (2011), que obtuvo el Premio de Ensayo del Fondo Nacional de las Artes.

Como en período de inminencia de la utopía, sin inminencia ni utopía, yo también había puesto mi labor a la par de las otras labores o búsqueda de labores del día. Yo también subo y bajo y espero y trabajo como las putas chinas, como el hombre que pone la mesa en el restorán cabilio. Zapatero, a tus zapatos ajenos.

Sobre un cedro del Líbano la vi posada, gorda, como una gallina ponedora. Enorme y negra. Sus hijos rondan el territorio, observan desde los techos, las antenas y cualquier punto que les sirva de atalaya o trampolín. De ahí se lanzan en picada y no puede ver si es entonces cuando graznan. Sus graznidos son tan fuertes que a veces parecen croadas de sapos enormes como de dibujos animados o ladridos de perros. Así les ganaron a las palomas grises, esas pobres llamadas «ratas con alas». Ellas estaban por todas partes y deshabitaron los pajaritos con cantos increíbles. Y sin embargo ahora las cornejas las vencieron y caminan con un paso patotero sobre los alrededores del mercado sin miedo de los autos ni de los peatones, ni de las motos, ni de los monopatines motorizados. Avanzan como los chinos. Alguien me contó que destruyen los nidos de los otros pájaros que se instalan, y que les comen sus crías.

Aproveché que había una en el balcón y le pregunté cuánto tiempo faltaba para salir del capitalismo. Con una croada marea grave salió volando sin que yo pudiera traducirme la respuesta. De todos modos ni la interpretación ni la traducción dan una respuesta valedera.

En lugar de volver a darme una buena nueva pareció participar del flujo de capitales y prefirió alimentarse de la carroña que se expandía por canteros, veredas y calles después del huracán que hizo volar los residuos acumulados debido a la huelga de los basureros.

Observando el vuelo (dirección, rapidez, duración) y escuchando sus ladridos (fuerza, frecuencia, acento) se sabe si los vientos serán favorables. Por otra parte, auspicio significa persona que mira las aves y no el dinero que da una empresa a cambio de la publicidad de su nombre.

Me pareció oír un mirlo. Y deseé que se mantuviera invisible para evitar la voracidad de las cornejas ruidosas.


Cómo te fue que no te vi cuando volviste?
O qué pasó que los encierros
no fueron solamente del toro?

Fue la muerte de Manu Dibango de Camerún en la
Isla lo que te sobresaltó? Antes
no tenías conocidos y por qué un virus con coronita

ahora se lleva su música lejos del quehacer cotidiano?

Milenio sobrepasado de veinte años. Es ahora que la
iniquidad alcanza su final? Oremos, corneja glotona.
El comienzo del siglo veintiuno llegará después del encierro.
No lo dijeron tanto? Las personas vuelven a comunicarse realmente.
Tanto se callaron los autos que te dejan oír al vecino que conversa
o versa sumergido por sus vicios, libre la cabeza por la ventana.

O se quedan en casa para
cocinar y comer haciendo oH
idos sordos a los ruidos
o pasan por el agujero del alambrado.

Finos, igual que los desafiantes
orilleros sin otra conciencia
rizomática que tráficos y
zapatillas por falta de ilusión. Estamos todos
anclados en el barrio.
Dónde dormís, dónde comen ahora cuando
oscilamos en la baranda sin luciérnagas?

Hijas del deseo difícil de realizar,
están ahora satisfechas
rumiando detrás de mascarillas?
Oh, si el cariño por ahí esperara,
indiecitas, rubias, azules mezcladas,
ninguna se levanta y se va. Si
acaso se sentaran,
sería para respirar borrando las últimas imágenes

del duelo imposible.
Estudiantes enfermeras que cierran ahora
las bolsas de plástico sin sábana. Es lo que

hoy aprenden sin tiempo para practicar.
Osarían pasear este domingo
solas en círculo, pasar a un metro de su
padre, sus hijos, su mamá?
Iremos a la salida para preguntarles por
todo lo que dejarán esta tarde?
Amas parteras partidas por el presente y la
lealtad al cuidado, cuidado con dejarse descuidar.

Euro pas no se limpia con la supresión de
una cantidad de ciudadanos después de que se ufanó de prolongarles

tanto la vida. ¿Y qué pasará más tarde cuando llegue
al sur el invierno donde son siempre más jóvenes por fuerza?
Nadie pensó en un desenlace tan híbrido para las finanzas y

asimismo la globalización llamando con h de ay más bien había
sí, todos hunidos hermandad humanidad ahora olvidados
itálicamente de los campos hum...anos desde siempre, mientras
así vive y no ha muerto la historia en curso de reanimación.
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