Poemas / Rajendra Prasad

El pavorreal que bajó por la colina, junto a Bahubali

No vas a creer
Que Bahubali de la colina bajó
Y visitó mi hogar, no vas a creer
Si te digo que vino un pavorreal
¡Quedarás desconcertado! Por supuesto .

El pelo chino de Gommata empapado
De lluvia, en Vaisakha noche de luna llena  
Gotas de agua ruedan por su cuerpo
Resplandecen, la luz se vierte sobre el suelo
Llena nuestra calle
¿Cómo te sientes ante la presencia
de esta gran persona? Me fallaron las palabras.
Mi aliento escarpado mordió la carnada
Mi pensamiento, un pececito atorado
En la grieta de un lecho de río seco…

Gommata, fragrante, como tierra recién tocada por la lluvia
Me recogió, apestando, bañado en sudor,
Como si yo fuera un niño, dijo algo
Mientras me bañaba con sus manos que daban luz
Él reía, sus ojos brillantes enfocados en mí
Yo no entendía nada, excepto su fulgor

Metiendo su palma luminosa en el espacio negro
Me dio un vaso de barro para beber
¡Oh! El río en flujo, el mar agitado, el más azul cielo
Biomasa de ochenta y cuatro trillones
La riqueza mineral de la tierra… ¡La Vía Láctea!

Mis ojos, las hojas secas flotando en un diluvio
Mis manos, las ondas trémulas de un diapasón
Las manos de Gommata llevaron el vaso a mis labios
Dar el trago fue algo valiente, ¡un acto de devoción, no de miedo!
Las manos de Gommata tamborilearon en mi pecho
Néctar de una niebla efervescente
Llegó a mi barriga en uno, dos, tres sorbos

Liberando al universo de su luz cósmica
En filamentos, preparándose para
Envolver a Bahubali, el señor,
Sosteniendo un tallo de loto, dijo
«Que tu viaje sea por un camino divino
Que la divinidad sea tu naturaleza
Esta tierra no es tuya
Ni mía;
SyaadasthichaNaasthichaAvyakthancha »
Habiendo dicho esto, escribió sus doctrinas en mi espalda
Con siete plumas tomadas de siete pavorreales
Y se desvaneció de mis ojos
Después de abandonar su forma humana, pasando a ser fuego

Justo entonces,  el pavorreal que acompañaba a  Gommata  
Abrió sus alas de mil ojos con colores
Ahí vi brillar las luces del universo, una tras otra
Todas las capas de ropa cayeron, era el nirvana
La luz, la desnudez y el suelo se unieron,
Explotaron, y emergió una oscuridad cósmica

Aún no estoy seguro de que lo vas a creer
Si te digo que Bahubali de la colina vino a visitarme

No obstante
El día después de la luna llena de Vaisakha, cuando desperté
Con el grito de los sastrecillos comunes para afrontar una mañana finita
Contemplé, en mi cama
Pétalos de loto esparcidos, ¡junto con siete plumas de pavorreal!

 

Peaje en el camino al infierno

Ninguna flor germina y ríe
Dentro del Gita, Corán o Biblia
Ciudades de La Meca, Vaticano y Kashi
No emiten fragancia
Mantras balbuceantes no salvan
Fieles aplastados bajo las ruedas del carro
O aquellos que murieron
Dando vueltas en Kaaba o en la plaza de San Pedro
¿Por qué , entonces?
¿Qué fue lo que hicieron ? ¿Qué pueden hacer ?
Saquearon los cuerpos de las mujeres
Montaron en el lomo de los pobres
Engulleron las vidas de los creyentes, medidas incautas

Ahora un tornado venenoso
Invade y envuelve nuestra tierra
Oscuridad de fuego sin misericordia,
Dejando un juicio a puerta cerrada, un puñado de cenizas

Créeme, amigo
Caminar bajo la sombra del Gita, Corán y Biblia
Es el peaje que pagamos camino al infierno.

 

Canción nocturna

Cansado después del trabajo
¿Qué canción he de cantar en esta noche lluviosa ?
Ya son las nueve, necesito agua caliente para darme un baño
¿Qué poema he de componer en el resplandor
del fogón ardiente?
En el otro horno hay una crema de avena a medias y
Dos pedazos de pescado con sal.
El gato flaco junto a mí, modorro,
Despierta con el olor a pescado, y me pica otra vez con sus bigotes.

 

Cuando llega la muerte

La llegada de la muerte
Debe ser como el Payasam de azúcar Vermicelli
Servido en tu plato
He de devorarlo al instante, en silencio

Soy un poeta atormentado por el mundo,
¡Estarás de acuerdo! O un miserable pecador.
Yo, que saboreo la sopa de la agonía todos los días
No puedo costear la muerte como postre
Quiero venderla pero
En la Tierra no hay nadie tan rico que pueda comprarla

Tengo hambre ahora
Si llega la muerte
Como Payasam de azúcar Vermicelli
Servida en mi plato
He de devorarla al instante, en silencio

 

Mediodía de Viernes Santo

Entierra esos clavos de la cruz
En el suelo
He de crecer un retoño
Brotar una flor
Ser fruto para los hambrientos…

Entiérrame en el barro
Los clavos homicidas podrán mezclarse
Resucitados, unidos
En un amor Terrenal
He de ser el hombro
Cuando cargues tu cruz de penas

Sepúltame en la tierra
Pues tal vez así
La ola de furia flamígera
Se haga abono
Que las vides del amor se esparzan por el mundo

Cristo dijo…
«Que la comida sea abundante al compartirse
Que la palabra sea abundante al compartirse »

¿Podrían sus últimas palabras en la cruz ser verdad?
Que sus últimas palabras en la cruz sean una verdad sagrada

 

Versiones de Eduardo Padilla, a partir de las versiones
del canarés al inglés de Tina Shashikanth.

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