Poemas

José María Salazar Núñez

(Lima, 1994) Su más reciente publicación es Cántame algo nuevo (Ediciones Liliputienses, 2021).

Dar el primer beso mientras el taxi está viniendo a recogerla (ha sido una cita divertida, Por momentos parecía más una conversación de viejos amigos).

Aquí no se oirán rebuznos. Pero podríamos describir a los burros. En aquellas épocas, la yema del dedo era prueba suficiente.

Los campos retrataban la posibilidad de tantas historias. Eso es suficiente, pensaron.

La pregunta quiénes no compete a este discurso, quizá en otra realidad, en otro momento, cuando, como en la escritura, el padre escucha en la montaña la interrupción de Dios.

Hay otros pastores, que, en lugar de pastar, cantan hasta la madrugada esperando que alguna sirena escuche. Pero lo único que descubren son pedazos de escarcha en las ciruelas.

Eso nos sorprendió a todos. No fue sino hasta que las acariciamos, que vimos la escarcha. Poco importa si se desprendía o si de ahora en adelante el Dios aquel las creaba así.

La cosecha había terminado.

Todos se conocían entre sí, pronto no habría tiempo de saludos. Reflexionando, se había dicho que el farmacéutico podía entregar el medicamento apenas viera entrar al cliente.

En otras noticias, seguimos pensando en la escarcha de las ciruelas. Ese brillo no se encuentra en la naturaleza. No es un color.

Tampoco soy yo.

Al parecer habría caído del cielo, dicen los periódicos de la escarcha. Ella no responde preguntas, eventualmente otras ciruelas volverán y serán sólo escarcha.

Antes del retorno del invierno, cuando aún las ovejas no recuperaban del todo su pelaje, ella se sentó en la cerca y él, dejándose llevar por la ola discursiva, tocó con sus yemas sus mejillas. No era piel lo que tocaba, o sí, pero no aquella recuperada en archivos médicos. Parecía papel o aluminio o los dos. Era escarcha. Escarcha en su mejilla. No dijo nada, pensó todo.

Al ver el primer rayo del siglo, no se sorprendió. Era el brillo de la escarcha. Me pregunto si ésta es una historia de escarcha o de ciruelas o de pastores.

Quizá sólo de ciertas rutinas, que, paradigma tras paradigma, se repiten. Líneas arriba se habló de rebuznos. Recurso de ambientación.

¿Hace cuánto tiempo fue eso?

O, mejor, ¿hace cuánto tiempo estamos hablando?

Esa idea de que el amor es inexpresable la repetimos mucho en nuestras conversaciones (considerando además que yo escribo y que mi manera de entender las cosas es desde la escritura).

Aquel verso de Garcilaso / en mi alma está escrito vuestro gesto / pero no es el verso / es el poema / ahí está el gesto / el movimiento / el poema discurre / corre / no porque lo atraparán o algo así / sólo corre como ella / pero no es ella / pese a lo que diga Bécquer / ella está en el poema / pero quién es ella / digo / ella la del poema / no llama a kfc ni se sube con lo justo al bus lleno para ir al trabajo / ella la del poema / no escucha discos dos o tres veces seguidas hasta entenderlos ni se muerde la yema de los dedos / ella la del poema es una imagen / como en Radiohead / in the middle of your picture / todos / I’m a moth / I’m an animal / dice Thom Yorke o lo canta / en verdad / no es posible separar la performance / aquel disco fue publicado en internet / cada consumidor podía ponerle el precio que quería / es una suerte de libertad / poder mirar y decir esto es mío / ése es el conflicto en toda representación del amor / Frankie Vallie no puede dejar de mirarte / can’t take my eyes off of you / el doble of hace como puente entre eyes y you / ojos los míos / y tú / el que mira y el que es mirado / pero también el que toca el que sostiene / hold me closely, Tiny Dancer / yo ya no miro / ya no sostengo / tú me sostienes o debes hacerlo / cogerme / apretarme contra ti / la frontera se difumina un poco / el viejo conflicto se difumina como en una imagen vieja / guardada en el cajón / y tantos años después descubierta / y nadie sabe de qué es / qué muestra

/ nadie sabe si el gesto está ahí o si está ahí el poeta / o algún inmigrante mexicano con una herida en la pierna izquierda / la frontera existe en esa pierna en la piel que ya no está o que está en el suelo dejado atrás / que es el mismo que pisa ahora / ahí está el pedazo de piel que debería estar en mi pierna / donde sólo hay sangre / roja / roja es la sensación del amor / tantas veces / en tantos textos / the lady in red is dancing with me / cheek to cheek

/ mejilla con mejilla / there’s nobody here / sólo dos mejillas / unidas / no importa cuál es de quién / it’s just you and me / it’s where I want to be / dónde? / no es el alma / o si lo es es otra alma / otro gesto / otra imagen / como Dios imaginado en una pintura o en una escultura / feligreses rezándole / If it be your will to let me sing / si no I will speak no more / I shall abide until / I am spoken for / hasta que sea representado por otra voz / yo acataré o resistiré / hay varias traducciones posibles para abide / depende del contexto / cómo creerme entonces? / cómo mirarme y decir: sí aquí es / el espejo es el espejo y la imagen que proyecta / mirarse es otra actividad / mirarse tocarse apretarse romperse en pequeños pedazos / el ruido se asemeja al de una explosión / de esas que hubo en Hiroshima / en Chernobyl / que habrá en minas en Caracas / en Níger / cuando tenga marcas en las yemas de los dedos y mis piernas estén cansadas de tanto correr hacia el bus en las mañanas / hay un cuadro de Magritte en el que los pedazos rotos de una ventana en el suelo aún reflejan el paisaje que está detrás / pero ése no es un cuadro de amor / quizá se debería hablar de Los Amantes / en el que dos personas se besan con bolsas sobre la cara / cómo describir sus rostros con sus cráteres y desniveles / pero ahí están / la división siempre es posible / si en la ruptura Bob Dylan sugiere / don’t think twice / en el enamorarse se piensa dos veces / tres veces / cuatro veces / cinco veces / pensarse y seguirse pensando / ése también es un gesto / quizás el único.

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