Poemas / Iván Oñate

Río Sena

 Creí que este río estaba en el Congo,
pero veo
me esperaba en el corazón de París.

Es el río que se lleva nuestros años.

El río que se aleja con nuestros amores,
allá,
a la distancia,
como cúpulas de religiones y pasiones
que ya nadie recuerda.

El que se lleva nuestros sueños
por una vida sin dolor.

El río que fue creado
para volver
cuando uno ya se ha puesto viejo.

Está hecho para que tus muertos resuciten
en el preciso momento
que miras sus aguas grises, tentadoras
y te digan al oído: «Tranquilo, hijo,
tranquilo, hermano,
tranquilo, padre,
pudo haber sido algo peor».

 

Brando, Kurtz, Marlowe, Conrad

Este río enfermo,
maldito,
hinchado de veneno, de pus,
como una vena ulcerosa.

Este río que arrastra ilusiones y perros muertos.

Este mismo río
que nació un día, allá
arriba,
muy arriba,
a orillas del cielo
y desde un deshielo celeste.

Río soñado
para que moje su recuerdo
quien ya no me recuerda.

Este río,
esta vena impaciente
que aguarda en mi brazo
quizá
el momento de zarpar. Quizá.

 

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