Poemas / Carmen Berenguer

después

ahora que ha pasado un tiempo de aquella nube 
ahora que puedo mirar un tramo el recorrido
ahora mismo que me sujeto el pelo que cabe en mi mano
ahora que miro su hueco y veo la luz a través de
mis muñecas
y cabe aquello que no querría descifrar y sin embargo le debo haber hoy
ahora limpiado la mancha como siempre y observo 
el poema está esperando en el medio de este rincón de la pieza
ahora que cepillo su caída y vuelvo lo vuelvo a retocar
ahora que me agacho a recoger la pinza de mis vellos
y regreso sobre mis pasos una y otra vez a mirar su brillo
de los mismos objetos desparramados en el suelo
ahora
ahora que los veo abrasarse como si se hubieran perdido
ahora

 

ahora

mi apreciada realización es ir hacia el poema que aguarda sutil
surge ese pedazo de material que nos quedó extraviado en algún hueco del armario será este recorrido extraordinario si llego a encontrarlo
aquí está latente la palabra que se nos había escapado al construirlo
quizá ya nada sea de igual modo y no lo es por cierto aquello quedó así
y nos guarecimos como pudimos y aquello nos recorrió el espinazo lo sentimos juntos escalofrío y miré mi plantación de cardenales rojos han sobrevivido tres esperando el agua y la noche fría siempre fría y nada de esto era y es realmente importante

la noche llega llegan los amigos y ahí están las ensaladas todas ellas con frutas manzanas pan rallado ajo gajos dulces y pequeños acariciando las espinacas ese contraste de colores verde rojo verde en el tiempo finalmente el párpado se achica y es apreciado el encuentro
hace un tantito   

qué hay de extraño en la planicie de la cama el plisado de las sábanas
qué hay de entumecido el resto que ha quedado guardado allí
si yo lo he palpado noche a noche

podría decir lo mismo del amor que nos guardamos del amor que nos guarece
ayer me hablaste fuerte y te lo hice saber que ya no me quieres ahora vieja
podrás requererme sin la paciencia  ahora cuando la pasión está despierta

y la serie de cactus se propaga como locuaces ardides y le crecen flores entre las espinas y voy viendo una nueva variante ramificaciones y túneles en la misma ventana huésped del tiempo transitado como una oruga arrastrando el paso a paso
nada de reverberaciones

ahí sola en el tiempo nada vociferante demasiado ruido ambiental
en una longitud mínima una mujer con el rostro tapado y una limpiadora en mano arremete en el silencio de la noche

 

 

Comparte este texto: