Poemas / Avril Blanco

Estampa

Puede que haya perdido la edad de la tremenda luz.

Las dos de la mano hasta la feria cerca de casa.
Nos gustaba mirar los rostros abultados
de las señoras en las canastas giratorias,
en el tren del amor.

Puede que el rumbo se haya estropeado
cuando dejamos de salir juntas de las clases,
cuando no hubo ya
quien susurrara en mitad de la noche.

Puede ser que todo esté roto, hundido.
Tal vez no regrese mil novecientos ochenta y seis,
el día que mamá nos pidió que buscáramos juntas
el cometa Halley en el cielo.

 

Familia

Aislar de la memoria pedazos de objetos
que se fugan como el resplandor del rayo
cuando pasa entre los dedos. 

Borrar esta habitación donde yace
el esqueleto de un elefante: uno que peleó
quemado por la intensa franja amarilla 
que dejaron mis padres.

Ser una bestia que grita mientras tacha el camino
de su hermano ganso, 
de su madre cebra,
de su padre roca:

saber que en ellos habita un pasado bellísimo,
pero en mí sólo queda un poco de hambre,
una niña mirando por la cerradura.

 

 

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