Poemas

Atahualpa Espinosa Magaña

Zamora, Michoacán, 1980. Su libro más reciente es Rivulus de plata (Niño Down, 2023; edición digital con diseño e ilustraciones de Astrid Stoopen y el autor, 2024), puede descargarse de forma gratuita en atahualpa7.wordpress.com

El objeto de toda definición, aun si esta es precisa, o justamente por ello, se escapa tan pronto se le define, para volverse otra cosa

es decir,
sonidos acomodados en secuencia deliberada
aunque a veces se improvisa
o se toman del entorno, sin intervenir en ellos
a pesar del principio de incertidumbre
pero ya llegaremos a eso

secuencia deliberada, decíamos
no necesariamente fija
a menos de ser una grabación
(y hoy generalmente lo es)
siempre descubierta
en vez de creada
uno de los primeros yacimientos
tan obvio, sístole diástole
que recibió nombre musical
ventrículos y aurículas no propiamente percusivos
serían de viento si no fueran de sangre

también, lo que más odia Pascal Quignard
melofobia, invocada por desolación o pose
pobre don Pascal
punto menos que odiar el aire
más que odiar al sol
(fácil, esto último, mientras exista la sombra
el opuesto de la música es imaginario)
siempre ahí
aunque no llegamos a eso
a ella


Festival

Fuimos al festival de música y había luces. Nos bañamos en la luz de la cerveza y acariciamos la luz de las pantallas, mecidos en la marea de la multitud. Quisiera reseñar mi juventud antes de que termine.

Fuimos al festival de música y el ruido apenas nos dejaba hablar. Había también carpas en las que no sucedía el festival, aunque por otra parte sí, de alguna manera. En una de ellas, la chica de ojos láser nos invitó al asiento de dentista. No sufras más, se perforan tímpanos gratis, decía el cartel.

Fuimos al festival de música y había también tacto, cuerpos de gloria intoxicada y suaves colisiones. La gente se reunía como espectáculo, aunque hubiera un pretexto desechable para reunirse. Cuánta persona a la que hubiera querido preguntar qué persona era. Trémulos mis dedos y sudor en la frente, el dios del festival bajó a decirme: ¿Quieres hablar con ella? ¿Ella quién, la multitud? Y la multitud me tomó en sus brazos y señaló el cenit de mi cráneo. ¿Ahí está mi luz? Eres tuya y eres nuestra y somos tu recuerdo. Hágase la luz, pero no el sonido. El sonido siempre fue, a menos de haber sido silencio y el silencio es lo mismo.

Fuimos al festival de música, luego de acechar los boletos durante meses, las flechas listas para dispararse al segundo que se abrió el resquicio, aquella madrugada. El poder de mi cartera conoció a su rival de rapiña compulsiva, hidra de cien mil cabezas. Hipoteca que vale la experiencia, el cuerpo tiene varios órganos no esenciales, ya sea enteros o partes de.

Fuimos al festival de música. Atravesamos sus túneles al aire libre, a ras de tierra, que llevaban del fin de la noche al inicio de la noche, sin laguna intermedia. Túneles a ras de la meseta, de una orilla a otra y ahora podía cruzarse en sentido inverso, y en inverso del inverso, sin envejecer. Mirando desde el festival, la
cerradura que divide las dos marchas del tiempo, los árboles se desplazan y mueren en segundos, la ciudad se biodegrada, la sequía desmorona el fundamento de toda vida, fuera del festival. La botella chica de agua valía medio salario mínimo y a la salida no había más que una calle desolada.

Fuimos al festival de música y fue casi tan bello como el silencio.


Créditos

Voz: Por lo que respecta a la interior, generalmente espectral, con frecuencia admonitoria.

Producción: Multifactorial y minuciosa o tal vez no, espontánea. No es relevante.

Nota: La mitad de las pistas incluye un sample en bucle de una canción seleccionada aleatoriamente, siempre alargado más allá de lo tolerable. Puede silenciarse con fármacos.

Sello: La mirada esquiva.

Ingeniero de audio: ¿Podría explicarme de dónde vienen esos fantasmas aurales?

Composición: Mixta. Se privilegia el carbono, con un protagonismo creciente de los microplásticos.

Violines: Ahorita no, gracias.

Letras: Nudo gordiano entre inmanencia y trascendencia, aunque más bien enfermedad.

Mezcla de audio: Incidental, con una capa añadida por la memoria. A veces, varias.

Sintetizadores: Mitocondriales, en su acepción física y fatiga existencial en la acepción otra.

Duración: Lleva el cursor hasta el último punto. (Nadie queda en paz luego de este dato).

Nota 2: El surco lleva a la muerte. Sabemos que lo sabe, así como sabe que el surco es lo único que sucede mientras sucede, a la vez que nada más sucede cuando este deja de suceder.

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