Naturaleza muerta
Hay plásticos metálicos
más ligeros que el plástico;
lunáticos y frívolos,
cantan, zumban, dan la hora,
llevan mil magias
al oído y al ojo,
mutan con la rapidez
de las generaciones de las moscas.
Las cosas, de piel o de hueso,
de algodón o de lino,
viven ensimismadas,
indiferentes a zumbidos
y alarmas.
Las mesas de madera,
las copas de cristal,
casi se extinguen,
por eternas y graves.
Las cerraduras son eléctricas.
Una novela
¿Te escondes
entre un rebaño de papeles y letras?
No puedes estar en otra parte,
tienes que estar aquí,
seguramente.
¿En qué anaquel me aguardas
como un frutal piscado a medias?
¿No aparecerás mientras te busque?
¿No quieres que te lea?
¿Reaparecerás otra vez,
perversamente,
cuando otra novela,
comenzada,
me alivie de tu ausencia?