Poema / Fabian Peake

*

Mirada.

De pie estoy a la orilla del río
intentando comprender.

Invisible, mis ojos cuestionan el paisaje.

Un dibujo sobre el muro,
otros aguardan en la bodega.

Miro el dibujo,
lo miro.

Él dibujó a la chica; yo
observé cómo la dibujaba.

No estoy en el campo. Estoy en el río.

¿Sabrá ella que él la mira?

La cabeza echada para atrás,
la boca abierta,

sus brazos rígidos mueren, su breve
pecho en espasmos.

Sobre el cojín el adiós es inminente.

Él pregunta, ¿deberé dibujarla?
Lo veo titubear. Está
asignado a estar ahí.

La cabeza, ligera como pluma, se sacude:
caigo en el río.

*
esa luz, la luz de las cinco
la luz entre la oscuridad y el destello
cuando el otoño se acorta hacia el invierno
cuando se olvidan los relojes
–algunas fantasías octagonales
para la mirada de un artista,
el rojo se convierte en verde;
esa luz cubre todas las cosas
en el húmedo nacimiento del alba–
libros, paredes, tesoros pintados,
todo cosido por una misma aguja.
la mano levantada de un hombre,
suelta, lánguida, justo
como un chocolate en la chaqueta colgada,
justo como un perro callejero como platón
o enid blayton. todo
está ausente; todo está presente.
mira hacia la barba
en la enorme mesa de roble, en esa luz
no hay barba, no hay periódico,
no hay vinagre, no hay barra del lado del torso.
¿y el color?, ¿el color?
los rojizos pantalones son mera
sopa gris, como el guardarropa
esquinado —caldo de whisky,
sopa de windsor, caldo de pimienta aguada,
bóvedas luminosas en el espejo
las mantas y muros
mascullan en francés.

*
este callejón una pared de ladrillo
esto desde o es
humareda donde noto el vapor
opuesto a la pared
humo mío de mí mismo
es acerca de lo opuesto que ha humeado
exhalado fuera de este supuesto
desde la pared si algo
callejón frente a callejón
calefacción saliente del muro
la humareda de la chimenea exhala
humo de la fábrica de
una humareda de humo pero
¿realmente humea la pared
fuera del humo saliente
del humo del vapor del
apenas notado? y humo afuera
la humareda verdadera del
muro el ladrillo que exhala pero
la casa el mismo callejón que he mirado
exhalando el humo desde afuera
esto esta humareda opuesta al humo
es respirada desde y la calefacción
el humo es realmente de
de acerca de la casa de ladrillos
exhalando su humareda exhalando humo
la casa del callejón desde afuera
afuera acera de afuera de
el humo saliente de la humareda
el humo del muro el
humo no es la pared
exhala un humeante callejón de
humareda fuera de sí ésa
ése es el humo como la
casa está humeando opuesto
¿realmente?

*
El cubo está vacío;
los policías expulsados.
Esperaré un poco y escucharé
el ritmo de los trenes
—la música de la curruca parda.

Los días comienzan aquí
en el agujero cavado en la arena.
Quiero saber por qué
el Atlántico no cabe en él,
un cubo a la vez.

Solo, mi cabeza yace sobre la mesa de roble,
historias y danzas terminan en sus pistas.
Mi boca se abre —la policía está
boca abajo en la mullida alfombra.
Me acuesto a jugar.

Cambio lugares. Fuera de la ventana
observo el cubo y miro
mi cabeza. ¿Cuál se llenará primero?
La pared de ladrillo al frente se mantiene firme.
Presiono mi espalda sobre su certeza.
30 de junio de 2014

Versiones del inglés de Rocío Cerón

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