Preparatoria 5 / 2013B
Te veo, eres el origen de la percepción.
Siento cómo se mueve dentro de mí esa cueva roja que todos tenemos,
quiere salirse de mis posibilidades
pero nunca la dejaré.
Te veo, te sigo viendo,
mis ojos no alcanzan a entrar dentro de ti.
Te veo, no puedo más,
mi cuerpo se estremece, rompe cada lazo que hay dentro de él.
Te veo, las pupilas se centran en un solo objetivo,
déjame seguir con esto, es lo único que te pido.
Contemplación en un mismo sentido,
direcciones incapaces de elegir otro rumbo.
Te veo, tienes mi completa admiración,
déjame dominar mis decisiones,
me atraes como un imán,
cánsate hasta acabar contigo mismo y con tu ser.
Quiero seguir conectada.
Estímulos, electricidad, belleza, atracción, magnitud,
imposibilidad de metas.
Te sigo viendo.
Ciégame,
sigues dentro de mí como si fueras oxígeno.
Te sigo viendo y ya no quiero; solo son palabras.
Trasciendes en mí como parte de mi sangre.
Nunca te desprenderás, costumbre borrosa,
fe débil, alma sin energía, cuerpo sin masa, espíritu igual a nada.
Todo se salió de control
y yo te sigo viendo, hasta el último segundo del tiempo
te veo.
*Poema basado en la pintura Mujer sentada, con la rodilla en alto de Egon Schiele.