*** / Paul Macías

Preparatoria 10 / 2013B

He despertado de un sueño sin esperanza
dándome cuenta de que no estás conmigo,
reflexionando si es bueno seguir aquí.
Me siento cansado, con los labios agrietados.
Decido levantarme y ver mi caminar
sin sentir esa pesadez de que conmigo estés.
Vago por este hotel de enfermedad
recordando y observando que aquí no estás,
dañándome, estrujándome, gritándome,
pero ya no te escucho ni te veo.
¡Eso me agrada!
No te siento ni te espero.
¡Eso me encanta!
El gritar que no estás es motivante.
Igual el decir que no estoy enfermo de ti.

 

 

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