Taller Luvinaria-CUCEA
Quiero no despertarme de este sueño tan hermoso,
este que me hace sentir que estoy más despierta que
nunca. Seguir soñando contigo, con el amanecer y anochecer
que me recuerda a los días más felices de mi vida.
Quiero no despertar con miedo de ver en mis ojos arrugas,
canas en mis cabellos y pasos cansados, temiendo que mi corazón
pare un día de latir, y con él muera el gran amor que siento por ti.
¡Qué miedo despertar en la muerte! Apartarme de la vida.
Mi tesoro más valioso que me permite sentir tus besos, respirar el viento
fresco de octubre a través de mi ventana,
ver la luna reflejada en tus ojos…
Me aferro a despertar, no perturbes mi sueño, llega despacio,
alarga las horas en el reloj.
No quites mi dicha, no borres la sonrisa de mis labios dulces, la luz de mis ojos miel,
que ahora temen ver el eterno oscurecer.
Tiempo, regálame tiempo. ¡Ahora tengo miedo!
Y no quiero dejar de seguir soñando.
Cuando entres a mi casa, llega de puntitas, que te estaré esperando,
feliz de haber soñado con la vida que me has prestado.
Dame el tiempo suficiente para realizar mi más grande anhelo,
el amar y ser amada, respirar la brisa salobre del mar,
saborear esa taza de chocolate que te prometí una vez,
ser el orgullo de quienes amé, y ver caer en una rosa
las gotas de rocío y tu rostro al amanecer.