Negro, blanco, amarillo. Tres colores de la cultura oral mundial

Sedat Demir

(Estambul, 1975). Es autor de El contexto de la celulosa como explosivo (Heron Kitap, 2020).

Cuando el arcoíris se hace visible después de la lluvia sabemos que no lograremos atraparlo. Es inalcanzable. A la vez es muy familiar porque se alimenta de todos los colores de la tierra. Es la imagen y símbolo de esperanza, anhelos, purificación de los males del pasado. Cada arcoíris es una puerta colosal y extravagante con la alegría vital que recibe de más allá de los límites como el azul de lo sublime, el verde de la abundancia, el rojo del movimiento y el entusiasmo, el amarillo de la enfermedad y la sanación. En su obra escrita en 2005 y titulada El misterio de los colores (Das Geheimnis der Farben), V. Finlay afirma que el problema que enfrenta una persona cuando comienza a escribir sobre colores es el hecho de que los colores no existen en realidad, sino que surgen sólo como el resultado de la interpretación de ciertas vibraciones por la percepción humana; asimismo revela la razón de la diferencia entre las personas en la percepción concreta. Sociedades con diferentes creencias y culturas han evaluado los fenómenos que fueron absorbidos durante siglos, a veces similares, a veces completamente diferentes entre sí. Cada reflejo de luz, es decir, cada color, puede ser percibido de diferente forma por las personas, según las vivencias, los entornos y las creencias. La forma en que se perciben y experimentan los colores en la sociedad en que vivimos determina en gran medida cómo percibiremos individualmente ese color y qué emociones despertará en nosotros.

El ser humano tiene muchas diferencias y similitudes, como cultura, idioma, creencias, percepción de valores, en el mismo contenedor, y los transfiere a las próximas generaciones a través de sus obras grabadas en la aventura que tuvo en la tierra. Considerando los códigos de estas experiencias, las cuales se trasmiten con su funcionalidad y significado, es fácil encontrar similitudes entre sociedades. Colores cuya existencia sólo puede ser encarnada por percepciones, y los valores de éstos están quizás al comienzo de dichas similitudes. Las percepciones, que al principio no se basan en ningún fundamento, configurarán un procedimiento permanente y sistemático por sí mismo a lo largo de los siglos. Y estas percepciones, que refuerzan su orden con las mismas interpretaciones, se convertirán de inmediato en el prisma de la cultura en la que se encuentran. Además, éste es un viaje simbólico e imaginario. Una de las paradas más agradables de este viaje son las obras literarias de la cultura oral. Esta semejanza se percibe evidentemente en las epopeyas y cuentos turcos y alemanes.

Los colores que tienen una realidad abstracta en nuestras vidas, como un juego de luces, ya sea individualmente o en conjunto, al igual que en el arcoíris, nos hacen experimentar diferentes mundos, y al mismo tiempo conservan características como imágenes de distintas culturas, creencias y percepciones. Estos mundos que se expresan de diferentes formas y figuras a través de los colores convierten su realidad abstracta en algo concreto. Las personas perciben esta concretización con la escritura y los productos literarios, que son la causa y también el medio para que los fenómenos adquieran una forma más comprensible.

Los colores utilizados en las epopeyas y cuentos turcos parecen haber sido transferidos directamente de acuerdo a la vida religiosa y creencias preislámicas y posislámicas. La similitud en ambas épocas también es sorprendente. La percepción asentada en la sociedad no sólo se mantiene dentro de los límites de las creencias religiosas sostenidas en la actualidad, sino que también incluye efectos de las creencias religiosas y los lazos culturales previos. A lo largo de los milenios, estos enfoques se fusionaron y tuvieron un lugar a nivel social. Cuando los cuestionamos uno por uno como colores individuales, observamos que ciertos colores son más utilizados en la sociedad. Estas percepciones de color moldeadas por la conciencia social desarrollan un significado en función de otras: en un momento contienen un significado positivo y al siguiente instante pueden aparecer ante el lector como un indicador negativo.

Aunque el ser humano se ve a sí mismo muy diferente del otro, cuando busca en sus profundidades cobra conciencia de su unidad y semejanza. Al considerar todo esto llegaríamos a la conclusión de que las personas pertenecientes a otras culturas, símbolos o colores pertenecen en realidad a una misma raíz; las creencias populares y el prejuicio no consisten en ningún fundamento, y los humanos, aunque no conocen a los demás, comparten los mismos sentimientos.

Por ahora nos acercaremos a los tres colores que influyeron en el pueblo turco durante siglos y dejaremos al lector encontrar similitudes con su cultura.

Negro

Cuando observamos una de las primeras creencias de los turcos, el chamanismo, previamente a la tradición islámica, el color negro básicamente simboliza el duelo, el luto y la muerte. Por ejemplo, la expresión «tienda de campaña negra» —en turco kara otag— se utiliza como un adjetivo que refleja el estatus social y a la vez una vista social prejuiciosa hacia los matrimonios sin hijos. Kara baht, o sea «fortuna negra», significa problemas, tristeza, vida en apuros causada por la mala suerte.

El uso del mismo color en diferentes formas y significados en distintos lugares en las obras, especialmente la gran cantidad de referencias a colores sólidos, se interpreta como síntoma de una fuerte reacción emocional de la sociedad bajo la influencia de un gran ideal y el intento de colocación de los colores en el marco de un enfoque holístico.

El color negro muestra su dimensión de significado negativo en la cultura europea con su trasfondo religioso. Este color era un símbolo del mal y la maldad en el cristianismo medieval. Se puede observar en Isaías 8,23 y 9,1 o en Marcos 4,12: en el trasfondo espiritual de la cultura occidental el negro simbolizaba la oscuridad y la muerte. En la frase donde dice «Se levantará una gran luz para los que se sientan a la sombra de las tinieblas y de la muerte» se revela el significado «oscuro» que desde un principio tenía el negro. Sin embargo, cabe señalar aquí un dilema: que, a pesar de todos estos significados negativos, también se cree que el negro tiene un efecto curativo, como lo demuestra el hecho de que los sacerdotes visten en color negro, incluso en la actualidad.

Al mirar los cuentos alemanes, es posible observar que el color negro se usaba en general de un modo negativo. En el cuento «La serpiente blanca» («Weiße Schlange»), el color negro se procesa directamente con el significado de un cuervo negro y trata de encarnar los contextos en la presencia de dicho animal. Aquí, de nuevo, los factores religiosos juegan un papel importante, especialmente en la selección del cuervo, que puede mostrarnos el factor explicativo del papel supersticioso del cuervo como el único animal que va y viene del inframundo.

Blanco

Cuando se examinan diferentes fuentes, se ve que el color blanco contiene significados como grandeza, justicia y poder, debido a los efectos espirituales del período en que predominaban las creencias chamánicas. El color claro indica pureza, inmaculado, limpio, sublime, el despertar del respeto, vejez y experiencia, un nivel que se ha alcanzado en el contexto espiritual. Se sabe que entre los antiguos turcos los comandantes y oficiales de las unidades militares vestían ropas blancas para distinguirse de los soldados. El color de la ropa urba que usaban los líderes en la guerra, así como el color del caballo que montaban, era blanco. Igualmente, el uso de este color en las banderas e insignias tiene un significado de grandeza. La palabra ak, cuyo significado es «blanco, claro» en el idioma turco, fue utilizada por el pueblo turco antiguo Altai para nombrar el paraíso. También desde un punto de vista religioso, comenta Ahmad bin Hanbal, el color blanco se observa claramente en la vestimenta del arcángel Gabriel.

En alemán, el origen de la palabra weiß, que significa blanco, se basa en la palabra wiz, que se usa como adjetivo y significa luz y luminosidad. Tiene el efecto de que, en la percepción, deslumbra a quienes lo miran. En la literatura popular alemana y la europea se observa que casi todos los animales de color blanco tienen una cualidad que anuncia la muerte. La historia de tales creencias ha surgido como resultado de experiencias antiguas.

El mundo de los muertos, diferente al nuestro, ha sido descrito como un mundo totalmente blanco; por los aztecas fue descrito como el mundo de los dioses blancos que vendrían de los cielos en grandes barcos con velas blancas y volando como grandes pájaros blancos. Según la creencia cristiana, la ropa de los ángeles y del profeta Jesús será blanca el día del Juicio Final. La ropa blanca que se usa en los deportes del Lejano Oriente tiene la intención de recordarle al individuo la guerra interior que debe ganar por sí mismo. Según la creencia pagana, los ejércitos blancos se utilizaban para representar las fuerzas de la naturaleza. En términos generales el blanco simboliza la luz, la muerte, la pureza y la inocencia, el cuidado, lo divino, lo abstracto, las ideas o los pensamientos nuevos. En la mitología encontramos los fundamentos de los primeros ejemplos de muchos contextos y sus significados. La paloma blanca que lleva una rama de olivo en su pico es un símbolo de paz en todo el mundo y aparece en la escena de la anunciación del fin del diluvio como el mensajero (Génesis, 8,10-12).

Lo importante aquí es la fuerza con la que se percibe en la memoria cultural, sea monoteísta o no. Si bien el color negro tiene una dimensión predominantemente negativa en muchas culturas, la principal razón de ésta es el fenómeno religioso. Cuando se observa el color blanco en los cuentos alemanes, por ejemplo en el cuento llamado «La serpiente blanca» («Weiße Schlange»), aunque tenga un significado positivo también con su característica de encarnar contrastes, el color blanco exhibe un holismo con la serpiente. En general, se ve que la serpiente expresa un símbolo que puede considerarse bastante complejo. Como creatura con un efecto letal, este animal simboliza la muerte y la destrucción; pero en algunas ocasiones puede ser el símbolo de la vida y el renacimiento por el cambio de piel. Además, se cree que representa el poder creativo de la tierra por su carácter andrógino. Una vez más, como animal subterráneo se piensa que posee la sabiduría y los poderes extraordinarios de los muertos; por otra parte, básicamente representa el instinto natural, la sabiduría, el poder, el engaño, lo latente, lo oscuro, lo malo, lo corrupto y lo tentador. Considerando todo esto, además del significado positivo en la esencia del color blanco de la serpiente, los significados positivos encontrados en las narraciones se combinan con los significados negativos que existen en la actualidad. En otro contexto interesante, la capacidad de la serpiente para moverse sin pies ni alas se considera representativa del espíritu que lo impregna todo. A la luz de todas estas citas, la expresión imaginaria en el cuento alemán hace que la serpiente blanca represente la sabiduría, la percepción de otros seres y el engaño. En el cuento llamado «Blancanieves» («Schneewittchen») es posible observar el color blanco con todos sus significados positivos. La pureza del blanco se muestra primero en el nombre del papel principal del cuento. La expresión tan blanca como la nieve también se usa para expresar la pureza y la inocencia en turco. Cuando se ve de manera superficial, esta expresión simbólica no se usa solamente por algo físico sino que también contiene dimensiones detrás de la apariencia.

Los colores y juicios que existen en la cultura están tan entrelazados y son compatibles con las imágenes, que el lector siente la importancia de los eventos de la vida con la ayuda de estos colores. Aunque los colores son mudos, se dan como medios de expresión que hablan en silencio. Si bien el cabello canoso a veces es un indicador de angustia, a veces aparece como un signo de madurez y algunas veces también se observa como un descriptor de honor y virtud.

Este color, que a veces es representado por un unicornio blanco, es el calificativo de la guerra interna contra los instintos inherentes a la naturaleza humana, especialmente el símbolo del animal blanco caracteriza a la muerte en la literatura europea. El cisne blanco, que es la representación
de la elegancia y la belleza en el cuento llamado «El cisne dorado», simboliza la magia maligna.

Como muestra de lo anterior, este color tiene una estructura variable y capta una oscilación inestable, en referencia tanto a su significado negativo como a su significado positivo. La percepción de estos contrastes no puede limitarse a una determinada geografía o cultura.

En resumen, existe básicamente la similitud que no aparece directamente entre culturas y creencias y el resultado es que se manifiesta en el lugar y el tiempo necesarios.

Amarillo

El color amarillo adquiere su primer significado en los contextos de nuestra cultura con la influencia del chamanismo, como símbolo del centro del mundo. El Palacio Dorado de Ülgen, el dios de los dioses, y su trono dorado forman el centro del mundo. El color amarillo en todas las culturas entra en una reconciliación significativa con el color dorado, y en las epopeyas aparece en forma de oro de manera prominente.

En las epopeyas turcas, el amarillo no es tan común como el blanco, el negro o el rojo. La expresión utilizada suele ser la palabra oro. El color blanco y el amarillo juegan un papel muy importante como adjetivos en las expresiones divinas, algo presentado en amarillo se glorifica. Lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en oro hoy en día es quizá el «anillo de oro», el símbolo de la unión eterna de la vida de dos personas. La lealtad y la unión.

Vemos otra imagen como el arete o aro de oro, que en los fenómenos culturales se oculta bajo la expresión del color y se comparte con el lector. Cuando se examinan las fuentes, se descubre que los señores de los pueblos túrquicos, «Turcos Oguz», también llevaban aros en las orejas como señal de valentía.

Cuando se examina etimológicamente la palabra gelb, que se utiliza para expresar el color amarillo en alemán, se observa que deriva de la palabra ghel, de origen indoeuropeo. De hecho, este color se utilizó básicamente para expresar un tono amarillo verdoso. Y cuando se examinan los orígenes de los colores, se ve que no había distinción clara entre el amarillo y el verde hasta los romanos. Aunque se ha observado que el amarillo ha tenido un efecto hostil a lo largo de los siglos, también representa al Sol. Por un lado, el amarillo se considera el color de los excluidos; por otro, se considera el color de Dios.

El punto de vista del mundo cristiano sobre el amarillo tiene dos polos: el amarillo azafrán cálido era el símbolo de los creyentes, pero también representaba a los pecadores que cuestionaban las enseñanzas y las reglas de la Iglesia. Es posible observar el reflejo de esta creencia a lo largo de la Edad Media, ya que en ese momento se consideraba que el amarillo era el color del diablo. Según las supersticiones asentadas entre la gente, ninguna entidad se ha asociado con el color amarillo tanto como las brujas y los espíritus malignos. Cuando se examinan las tradiciones medievales, el hecho de que las prostitutas tengan que llevar un letrero amarillo puede mostrarse como un ejemplo del significado negativo del color. Mientras que las esposas de los verdugos debían llevar un vestido amarillo durante una ejecución, el propio verdugo vestía de rojo.

El color amarillo revela su estrecha relación con el oro, en cierto sentido, su parentesco; en leyendas y cuentos las flores que florecen en Johannisnacht (la noche que conecta el día 22 con el 23 de junio) señalan la ubicación de tesoros subterráneos. Las flores amarillas pueden abrir el candado y mostrar el camino hacia el tesoro dorado. Como patrones encontrados en los cuentos, los tesoros también pueden aparecer ante el lector como granos de guisante que luego pueden convertirse en oro.

El oro se considera el color para alcanzar a Dios, especialmente en las pinturas religiosas de la fe cristiana. El brillo del oro, que le es inherente y se eleva por encima de todos los tonos de amarillo, es una manifestación de la luz eterna de Dios. El suelo dorado y el horizonte infinito que se encuentran en las pinturas impresas en la Biblia o los relieves y pinturas en las paredes y techos de las iglesias construidas en el período bizantino son indicadores de esto.

Cuando miramos los cuentos centroeuropeos, aunque el color amarillo no aparece como un color verdadero, lo encuentra el lector en forma de «manzana dorada» con su trasfondo religioso. La condición que la hija del rey desea que su cónyuge cumpla es traer una manzana del árbol de la vida. Como mencionamos anteriormente, esta manzana es la manzana dorada, que tiene un gran significado simbólico en la fe cristiana, y simboliza la eternidad. La pareja que comparte la manzana vive enamorada y feliz durante muchos años, basándonos en la felicidad que encierra el color amarillo. En este cuento, podemos observar otro encuentro con el «anillo de oro», que está relacionado con el amarillo y su diversidad de tonalidades.

Traducción del turco de Beyza Firat.

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