La patria de los Dalí
La sorpresa y la belleza fascinadora que produce Cadaqués provienen del contraste de encontrar una población costera, y el propio mar, en un paisaje pirenaico. Hay quien lo considera uno de los lugares más bellos del Mediterráneo. Otros, empequeñeciendo este mar, proclamaban a los cuatro vientos que Cadaqués es el pueblo más bello del mundo. Por ejemplo, Salvador Dalí. Una manifestación que implica una gran, noble y considerable añoranza, que comparto desde hace casi cincuenta años. Son los que he tenido el privilegio de disfrutar de esta maravillosa y fascinante zona de mi país.
En el extremo noreste de la península ibérica se encuentran los contrafuertes orientales de los Pirineos, que habrían podido formar perfectamente una isla. Allí sentiréis, sobre todo, las sensaciones que dan las islas: una obsesión de recogimiento, seguridad —real o ficticia— y un sentimiento de lejanía. La convicción, tan satisfactoria, de que la gente que no tiene la suerte de vivir en ellas es de una infelicidad completa.
Pero Cadaqués no es una isla, es una península incomodísima que tiene como característica esencial el haber sido difícilmente alcanzable por tierra durante siglos. Este hecho no le ha servido apenas para nada, al contrario, la ha aislado todavía más y ha acentuado los sentimientos insulares de sus habitantes. Del lado de tierra adentro siempre se ha tenido el temor a ver llegar gente extraña, leyes incomprensibles, dolorosas o inexplicables, carentes de sentido.
La única puerta de salida de Cadaqués era la mar, por donde llegaba todo, las penas y las glorias, los planes y la buena vida. Su manera de ser y de pensar se comprenden así, no sólo es su espléndida orografía, la estratigrafía geológica montañosa, las montañas que la ahogan un poco. Es la mar que, a veces, posee tanta calma que parece un ojo dormido, estático, como un lago constantemente cambiante de color, bajo una bóveda inmensa, altísima. El cielo suscitador de un deseo constante, infinito, duro, rutilante, sobre un paisaje oscuro, de un verdor gris, apagado, triste. El territorio de Cadaqués, el mejor puerto natural del litoral catalán, con ráfagas de mistral, de norte o provenzales, con temporales de levante que han configurado el carácter tan especial de sus habitantes.
La magnífica bahía donde se esconde el pueblo, las calas resguardadas de un agua prístina, Jonquet, Cala Bona, Portaló, Tudela, Culip… se abren en el extremo inferior de ese vasto golfo alborotado que se abre entre el Canigó y los Alpes. Los días de tramontana tienen un deslumbramiento mágico, el viento sale enloquecido de la tierra y se lleva el mar, a sacudidas. Las ráfagas de viento se abaten violentamente, deslizándose en el horizonte. El regocijo luminoso del caos. El embate contrario, en los días de viento del sur nebulosos, cargados de humedad, desbaratan Cadaqués, el crepúsculo se realiza sobre una tristeza, melancolía y un vacío irreparable, como una fatiga bochornosa y mórbida, descoyuntada. Todo esto lo explica Josep Pla.
Portlligat, la cala donde se estableció Dalí, ofrece, además, unas tonalidades originalísimas que le dan un aspecto singular, la absoluta tranquilidad y el reposo de todos sus elementos que produce, en los años de la acción que presentamos, una extraña sensación de tragedia incruenta, de soledad despiadada, que solamente puede ser reproducida mediante la creación artificial. En este rincón olvidado nacieron la mayor parte de las obras maestras de uno de los personajes más extraños e interesantes de la pintura del siglo xx, cuya personalidad es tema más que sabroso para cualquier narrador que desee ser testimonio de ella. Siempre fue la piedra de toque para los elogios más entusiastas y para las críticas más violentas, pero lo que resulta evidente es que Salvador Dalí personificó y construyó actualidad y noticia en todo momento, para lo cual eran absolutamente necesarias una habilidad y una inteligencia fuera de serie.
Este paisaje es el marco fantástico, insuperable, que impulsa esta historia, y a la vez, la pasión que despierta en todos sus protagonistas. También es lo que convierte en única esta tragedia contemporánea que fue la vida de Anna Maria y Salvador Dalí. Dos personalidades genuinas, dos hermanos que, pese al amor que mutuamente se profesaron durante toda su vida, dejaron de tratarse durante casi cuarenta años, marcados, como en un drama griego, por sus caracteres, por sus amores, por sus espíritus libres, por sus traiciones, por ser hijos de quienes eran y por haber vivido intensamente los años más convulsos y apasionantes de un siglo colmado de guerras, dictaduras y de cambios culturales, sociales, políticos y artísticos.
Dos hermanos que disfrutaron del gran ambiente progresista de la España republicana, confraternizando con creadores de primer orden: García Lorca, Buñuel, Miró, Éluard, Breton… y la siempre misteriosa Gala. Dos hermanos que más tarde serán víctimas de las miserias de las guerras y, sobre todo, del éxito mundial de Salvador, buscado y trabajado, como ningún artista del siglo xx ha conseguido, un éxito a costa de pagar humanamente, en su relación, un precio muy elevado. La figura del genial pintor ha quedado asociada a la codicia y a la voluntaria sumisión a la dictadura franquista que aniquiló las libertades, durante cuarenta inacabables años, de todos nuestros conciudadanos. Una historia casi irreal de amor pero también de rencores, mezquindades, ambiciones y, sobre todo, del poder que al final acabó escindiendo y desmenuzando la naturaleza de unas relaciones fraternales, explicada por un testimonio excepcional, la paciente Anna Maria Dalí.
Una historia marcada por la tramontana, el viento que embiste el Ampurdán y Cadaqués con fuerza y violencia, que origina en sus habitantes el carácter surrealista más puro, del que el divino Dalí quiso ser, por encima de todo y de todo el mundo, el máximo exponente.
He sido testigo, he conocido y tratado durante muchos años a los personajes que presento, en especial a Salvador Dalí, pero también a su entorno que no he podido ubicar y desarrollar en el guion por un problema de síntesis cinematográfica. La relación con su fiel ayudante pintor durante treinta años, el gran escenógrafo Isidoro Beà, con el que trabajé en mis años teatrales, y en particular con las figuras de Amanda Lear y Carlos Lozano, a los que me unió amistad y que también han dejado testimonio escrito de sus vidas junto al gran pintor.
De Dalí he recibido sus confidencias, he compartido salidas en barca por las calas de Cap de Creus, largas tardes y noches en su casa de Portlligat y en la mía de Cadaqués; en su suite del antiguo Ritz de Barcelona y en la inauguración parisina de su primera gran exposición en el Centro Pompidou. Me ha llevado muchos años reflexionar sobre mi contribución, como narrador, a divulgar no únicamente la historia de una familia singular, sino también del profundo arraigo y amor que comparto con un paisaje que también es el de mi vida, donde he escrito la mayor parte de los guiones de mis películas y he terminado los dos libros que he publicado, el de memorias y el del diario de la vuelta al mundo.
No se trata de apostar sobre un personaje, Salvador Dalí, un caballo ganador en cualquier lugar del mundo, como prueba el interés que despierta tras veinticinco años de su muerte. Creo que vale la pena reflejar un tiempo y un espíritu que me ha sido contado en primera persona, y vivido en parte, en un film lleno de sinceridad, cariño y una cierta desolación ante el comportamiento de los humanos.
Todas las situaciones y personajes de este guion son reales y han salido de la lectura de los libros de Anna Maria y Salvador Dalí, Lali Bas Dalí, Antonina Rodrigo, Antonio Pitxot, Federico García Lorca, Luis Buñuel e Ian Gibson. Los diálogos son fruto de muchas horas de trabajo.
Las necesidades narrativas me han llevado a crear a Maggie, la amiga de Cambridge, ligeramente inspirada en Margaret Mac Kellar, el faro de mi educación juvenil en Londres, la primera persona que me azuzó en este trabajo, y que también sentía un gran amor por la Costa Brava.
El respeto al ambiente plurilingüístico de esta historia hace que Anna Maria, de mayor, y Maggie hablen en inglés. Los Dalí, entre ellos lo hacen en catalán, y con los demás en castellano o francés. Lorca y Buñuel se expresan en castellano. Gala, Éluard, Goemans y otros, en francés.
[…]
112. Casa Anna Maria en Es Llané. 1989. Sala. Int./Ext. Día
Maggie ha salido a la terraza. Hace fotos de la bahía y habla con Anna Maria, que está dentro de casa. La ventana está abierta.
Anna Maria
En enero llegó Buñuel de París. Vino para terminar de escribir un guion con mi hermano.
Maggie
Dos locos apasionados del cine. ¡Vaya pareja!
Anna Maria
De tapadillo, en París, Luis le hacía la cama a Salvador hasta más
no poder.
Maggie
Quizás porque Buñuel ya estaba convencido del genio de tu hermano, y eso le escocía.
(Haciendo una foto a Anna Maria)
No te muevas, desde aquí queda muy bien.
Anna Maria
Además no soportaba que estuviese tan unido a Federico. Pero necesitaba a Salvador.
Maggie
De su desbordante talento imaginativo. Todo encaja.
Anna Maria
Entra, mujer, que hace frío.
113. F.B. Rambla de Figueres. 1929. Ext. Día
Buñuel es un hombre corpulento, elegante, muy bien vestido y abrigado. Lleva una maleta de piel y una caja con una máquina de escribir. Va andando deprisa junto a Salvador.
114. F.B. Casa Dalí en Figueres. Habitación Salvador. 1929. Int. Noche
Buñuel fuma compulsivamente, sin parar, mientras teclea en su máquina. Sobre la mesa hay un paquete de Lucky Strike, una botella de whisky White Label y un cenicero repleto de colillas.
Salvador
Empieza y le rajan un ojo con una navaja a una mujer, ñaaac…, la luna escondida tras las nubes. Un film su-rre-a-lis-ta.
Buñuel es un hombre inteligente, conoce sus límites.
Buñuel
Sí, pero ¿quién se lo corta?
Salvador
(mirándole)
Un hombre fornido. Un macho ibérico. Atlético.
Buñuel
Sí, pero un buen burgués…
Salvador se levanta de vez en cuando, nervioso y entusiasta.
Salvador
Que eres tú, el director. Marcas te-rri-to-rio fílmico y no se te ve más. Un prólogo onírico.
Buñuel
(le gusta la idea y la teclea)
Y luego sale el andrógino que se encuentra la mano cortada.
Salvador
No. Antes significamos el subconsciente de una forma in-cla-si-fi-ca-ble.
Queda claro que Salvador lleva la batuta.
Buñuel
Pierre Batcheff es muy bueno, y estará libre. Da el tipo físico exacto del adolescente…
Salvador
… de aire femenino, con gestos que deben sugerir que ha sido castrado. Cas-tra-do, es muy importante. Es impotente y sueña con te-tas y cu-los des-nu-dos, mientras le salen hor-mi-gas de la mano.
Buñuel está sorprendido.
Salvador
Un alud de hor-mi-gas.
Buñuel
Ya me dirás de dónde las saco. En París no las hay como en España.
Salvador
Las puedo traer yo, vivas, en una caja.
Buñuel
Hecho. No vaya a tener que meter orugas o moscas…
Salvador
Y enlaza con la secuencia de ayer. Nuestro hé-ro-e, arrastrando dos pianos, cargados con dos asnos podridos, en descomposición, y dos curas.
Buñuel
O maristas o jesuitas, que se vean las sotanas…
Salvador
(malicioso)
Podríamos ser Met y yo.
Buñuel
¿Met?
Salvador
Mi amigo Miravitlles. Es de nuestra causa y le encantará.
Buñuel
No sé dónde meter lo tuyo de los culos de los Santos Cristos…
De repente a Buñuel se le ocurre una idea.
Buñuel
No sale ningún perro. Un chien andalou sería un buen título.
Salvador
¡Genial!
Salvador se echa a reír al captar la maliciosa propuesta.
Salvador
Andalou. Un amigo nuestro se enfadará.
Buñuel
(también riendo)
O no. ¿Qué más da? Tampoco hay para tanto.
Salvador
Federico creerá que el perro es él.
Buñuel
(toma un trago de whisky)
¿Y te preocupa mucho? Como director, lo asumo. Me importa un rábano que un maricón…
Salvador para de reír.
Buñuel
En Madrid se habla de problemas con su amiguito ése, Emilito Aladrén.
Salvador
(afectado por la noticia)
A ver si Federico pensará que es una venganza mía. No me han pagado todavía ni un duro por los decorados de «Mariana», la Xirgu es una tacaña y él no me ayuda en nada.
Buñuel
Las divas se entienden de maravilla.
Salvador
No menosprecies su talento.
115. Casa Anna Maria en Es Llané. 1989. Sala. Int. Día
Anna Maria mira el cuaderno de su padre y va pasando hojas; vemos fotos del año 29 en París, del rodaje del Chien, del estreno en el Studio des Urselines…
Anna Maria
En una semana terminaron el guion.
Maggie
Lo llevaban en la cabeza.
Anna Maria
Querían comerse el mundo, y con un corto de diecisiete minutos lo consiguieron.
Maggie
Supieron remachar el clavo en el lugar preciso.
Anna Maria
Sí, y Buñuel era muy listo. La movió muy bien, y la crème de la crème parisina la convirtió en un mito, la obra maestra del surrealismo. ¡Vaya, diecisiete minutos!
Maggie
Talento, Anna.
Anna Maria va pasando hojas adelante y atrás.
Anna Maria
Salvador sólo tenía una cosa en la cabeza: conquistar París.
Maggie
España le quedaba pequeña y ya se la había ganado, ¿no?
Anna Maria
En abril empezaba el rodaje y él ya estaba allí. Tenía que salir en el film, a toda costa. Siempre tuvo este olfato.
Maggie
Esa admirable capacidad de no perderse ni una.
Anna Maria
(riendo, sin rencor)
Un hurón.
Anna Maria mira las fotos de Salvador con Miró.
Maggie
¿Ves, mujer, para qué sirven las fotos?
Anna Maria
Joan Miró le abrió las puertas de la sociedad más refinada, le dijo que se comprara un esmoquin porque en París había que ir muy elegante.
Maggie
Claro, era entreguerras.
Anna Maria
Se lo dijo en serio. Miró era incapaz de hacer una broma a nadie.
Maggie
No le he leído nunca un elogio de Miró.
Anna Maria
Las maneras de mi hermano. Y eso que lo presentó a su marchante… Goemans, un belga muy listo.
Ahora saca una foto de Salvador de niño.
Anna Maria
Quería hacer creer que de niño escondía sus partes sexuales entre los muslos para parecer una niña…
Maggie
Eso salía en el libro…
Maggie se ríe.
Anna Maria
Muy de él, pero no te creas nada. Quería ser más surrealista que
los surrealistas, engatusó a Breton, y no le costó nada que le aceptasen.
Y Buñuel lo mismo.
Maggie
Quien no era surrealista, no era nadie.
Anna Maria
Cadaqués no ofrecía ninguna comodidad. No sería lo que es ahora sin la magia de Salvador para atraer a la flor y nata de todo el mundo.
Maggie
Un imán.
Anna Maria
Y un trabajador prodigioso.
Maggie
Llevaba a cualquiera a su terreno.
Anna Maria
Goemans quería más obra, vino con su amiguita y con los Magritte. Juntos alquilaron un piso.
Maggie
Buñuel también se presentó, ¿verdad?
Anna Maria
Y unos días después se les unieron Paul Éluard con su mujer, Gala, y su hija, Cécile. Ellos se instalaron en el Miramar. Divertido, ¿verdad?
Maggie
(malvada y oscura)
Divertido como un entierro sin cura ni familia.
116. F.B. Playa de Es Llané. 1929. Ext. Día
En la playa el grupo de los franceses están tendidos tomando el sol. Los Goemans, los Magritte, Éluard con Cécile, la hija, una niña de once años. También están Anna Maria y Salvador. Buñuel está nadando.
Gala, rezagada, llega a la playa. A sus treinta y cinco años todavía tiene unos brazos deliciosos, unas piernas bien torneadas y unos tobillos muy finos. Su rostro no es bello, pero llama la atención, con su nariz recta y un poco larga. Cuando quiere tiene una sonrisa encantadora.
Anna Maria
(off)
Salvador y Gala se conocieron aquí delante, en la playa.
Gala saluda a todo el mundo. Fija su mirada seductora en Salvador que, sorprendido del magnetismo que desprende, se siente turbado, desencajado. Nada de ello pasa desapercibido a Anna Maria ni a Éluard, que se hace el desentendido, ni a Buñuel, que sale del agua.
Elipsis. El grupo sigue tomando el sol. Gala se acerca a Salvador y se sienta a su lado. Se tiende en la arena y apoya la cabeza sobre uno de los pies del pintor. Cuando Gala está de buena luna, parece que los ojos se le agrandan. Deja caer, intencionadamente, un mensaje.
Gala
Mon mari m’a tout dit sur vous.
117. F.B. Estudio Dalí en Es Llané. 1929. Int. Día
Salvador pintando, delante de su caballete, empapado de sudor. Buñuel mira los cuadros.
Buñuel
(sin manías, pero admirativo)
Joder, cada vez estás más loco.
(Mirando lo que pinta)
Parece como si te sintieras culpable: una cara extenuada por la
masturbación. ¡Qué divertido! ¿Eso es la nariz que toca el suelo y le sale un forúnculo del copón?
Salvador
(riendo)
Siempre que pierdo un poco de leche tengo la convicción que la malgasto.
Buñuel
Masturbándote…
Salvador
(riendo, fingiendo estar arrepentido)
El placer solitario me produce un sentimiento de culpabilidad.
Buñuel
(mirando otra pintura)
Vas a triunfar, los franceses se chiflarán con esta antología de obsesiones sexuales. La penetración anal, sea con la polla o con el dedo, ¡es genial! Se rendirán a tus pies. Y Breton el primero.
Salvador
Si el mundo quiere a Dalí, Dalí quiere al mundo.
Salvador sigue pintando. Buñuel va al grano.
Buñuel
Los Noailles me dan carta blanca. No hay nada como los mecenas
franceses. Podré hacer lo que quiera.
Salvador
Gracias a nuestro Chien…
Esta respuesta no gusta a Buñuel, pero disimula.
Buñuel
Quiero hacer un documental sobre Cadaqués, desde la uña del dedo gordo de los pescadores hasta las crestas de las rocas del cabo de Creus.
Salvador
No pierdas el tiempo. Ya nos inventaremos algo más epatante. Cuando vaya a París, entonces estaré más tranquilo. Ahora estoy en trance.
Buñuel
Se te nota mucho, Salvador…
Salvador
Los pechos no tienen ninguna importancia en una mujer elegante.
Buñuel
Vete con cuidado. Elle a du chien.
(Bajito, al oído)
Gala es ninfómana. Vox populi.
Salvador
El erotismo audaz anima el amor.
Buñuel
Su marido es un pantin. Al gran voyeur Éluard lo ha dejado sin un franco, y eso que tenía posibles. Una cosa es el amor libre, y otra que ella lo desplume para pagar a sus maquereaux.
Salvador
¿No pasa nunca nada más en l’amour courtois?
Buñuel
Gala te tragará vivo. Con Max Ernst tuvieron un mènage à trois, quería ser poseida y sodomizada a la vez. Lo dejaron, no funcionaba.
Salvador
Oui. Mon pauvre Éluard…
Buñuel
Pobre, no. Cocu devoto y feliz. Sabe cómo manejarlo, la piedad no va con ella.
Salvador
Nada, nada de sodomía en mi obra.
(Remarcando)
El coño tampoco me gusta. Seguramente tengo algo de pederasta.
118. F.B. Casa de los Dalí en Es Llané. 1929. Terraza. Ext. Noche
La terraza de los Dalí es el centro de las noches de verano de Cadaqués. Suena música americana de jazz. Este año, el grupo francés, Buñuel incluido, lleva el peso de la conversación. Salvador es el centro de todo, feliz, mirando a Gala continuamente. El notario, Catalina y Anna Maria parecen alterados por el giro excesivo que está dando Salvador.
Goemans
Hélas, votre Chien andalou ! Quel succès mes amis, on n’a jamais vu une chose pareille!
Buñuel
Vous êtes très gentil.
Salvador
Il y a beaucoup de snobisme. Je pense que le public n’a pas compris le fond moral du film…
Goemans
Non, non, c’est génial. Même Eisenstein a remarqué la valeur…
Buñuel
(en voz baja, a Salvador)
Tu amiguito Lorca anda diciendo que hemos hecho una mierdecita.
(A los demás)
Attendez cet hiver.
Goemans
Avec vos obsessions sexuelles paranoïaques, mon cher Salvador, il y aura un succès jamais vu à Paris…
Salvador
Pas sexuelles, c’est du surréalisme!
El notario ya ha oído bastante. Se levanta y entra en la casa; su mujer y Anna Maria le siguen disimuladamente. El grupo no les presta atención.
119. F.B. Casa de los Dalí en Es Llané. 1929. Comedor. Int. Noche
El notario está furioso, es una persona de orden, y ya ha oído bastante.
Dalí padre
Putrefacción. Sagrada objetividad. ¡Surrealismo! ¿Pero en qué familia se cree que vive?
Catalina
Déjalo correr. Les sigue la corriente…
Dalí padre
(fuera de sí)
¡Todo tiene un límite! Más pronto habría tenido que plantarme.
Se ha terminado, ¡haré un nuevo testamento!
Catalina
Hombre, Salvador…
Anna Maria, incómoda entre la actitud de su hermano y el mal genio del padre, vuelve a salir a la terraza.
120. F.B. Casa de los Dalí en Es Llané. 1929. Terraza. Ext. Noche
El grupo sigue hablando animadamente, ajeno a la reacción del notario.
Goemans
Une soirée magnifique. Mais quel dommage. Il faut que nous partions.
Éluard
Bordel, moi aussi. Il fait si chaud à Paris, mais j’ai beaucoup à faire.
Todos
Non, c’est pas vrai…
Éluard
Gala restera quelques semaines avec Cécile. Il faut bien profiter de l’été.
Gala sonríe como ella sabe, a la vez que lanza una mirada fría a Salvador.
121. F.B. Una cala en cabo de Creus. 1929. Ext. Tarde
En uno de los parajes más desiertos y minerales, Gala y Salvador están sentados mirando las aguas claras, el fondo tiene transparencias de esmalte, y se ven peces nadando. Salvador la rodea con sus brazos.
Salvador
Que voulez-vous que je vous fasse?
A Gala le caen las lágrimas por las mejillas.
Gala
Si vous ne voulez pas le faire, vous prometez de ne le dire à personne?
Salvador la besa, temblando histéricamente.
Salvador
Dites-moi ce que vous voulez! Lentement, en me regardant dans les yeux, avec les mots les plus grossiers, plus féroces et obscènes, qu’ils puisent me faire sentir la plus grande honte!
Gala responde con tiranía.
Gala
Je veux que vous m’éclatiez! Vous le feriez?
(Salvador se queda pasmado, atónito y decepcionado)
Vous le feriez?
Salvador la estrecha entre sus brazos.
Salvador
Oui.
122. Casa Anna Maria en Es Llané. 1989. Int. Día
Anna Maria con el cuaderno sobre el regazo. Maggie sigue a su lado.
Anna Maria
Es como lo escribió.
Maggie
En el libro, ¿no?
(se ríe)
Muy teatral, difícil de creer. Como una tragedia griega de segunda categoría.
Anna Maria
Gala le abdujo para siempre más. Nuestro mundo se fue hundiendo.
Maggie
Mientras el de ellos dos ascendía.
Anna Maria
Se fueron a París, Gala envió a Éluard y a su hija a hacer puñetas.
Maggie
Estaba contenta de tenerlo y nunca le supo mal que se fuera.
Anna Maria
Durante cuarenta años nunca se separaron.
Maggie
Pero al final ella ya estaba loca con sus amantes y se quedó con Púbol, ¿no?
Anna Maria pasa una página.
Anna Maria
La exposición en la galería de Goemans del 29 era muy buena. Breton bendecía el catálogo, pero la crítica no le trató como esperaba. Él tenía en mente una película sobre Sade, pero comenzaron a escribir L’âge d’or.
Anna Maria enseña las últimas páginas del cuaderno.
Anna Maria
Y es cuando dijo aquella infamia: Parfois je crache par plaisir sur le portrait de ma mère.
Maggie
El famoso escupitajo.
Anna Maria
Necesitaba dar la imagen del gran surrealista que no respetaba nada, ni a su propia madre muerta.
Maggie
Y lo hizo sobre El sagrado corazón.
Anna Maria
Escupir con placer sobre el retrato de su madre.
Maggie
Vaya, vaya. Pura neurona piramidal.
(La escocesa sabe de qué habla)
La corteza cerebral. Por la noche siempre se despiertan mis neuronas.
Anna Maria cierra el cuaderno.
Anna Maria
El cuaderno de mi padre se terminó.
123. F.B. Casa de los Dalí en Figueres. 1929. Salón. Int. Día
El notario, su mujer y Anna Maria reciben a Salvador, que llega de París con Buñuel.
Dalí padre
(hecho una furia)
Desgraciado, ignorante, pedante. ¡Obsceno! ¡Sinvergüenza!
Salvador
Papá, soy un artista. Debes comprender el significado del conflicto moral del sueño…
Cuando Dalí padre se cabrea y da rienda suelta a su ira, hasta las paredes tiemblan. Las dos mujeres callan, a Anna Maria se le escapa una lágrima.
Dalí padre
¿Moral? ¡Si no tienes ninguna! ¡Eres un mierda! ¡Te lo hemos dado todo y lo pagas blasfemando!
Salvador
Los conflictos del subconsciente…
Dalí padre
Lárgate de esta casa y no vuelvas nunca más.
Salvador
(desafiante)
…no se terminan en Figueres. Mi arte es universal.
Dalí padre
Nunca más, te he dicho. ¿Qué te has creído? ¡Ya no eres hijo mío!
El notario abre la puerta bruscamente.
Dalí padre
¡Miserable! ¡Ahora sabrás quién es tu padre!
Salvador y Buñuel, que no da crédito a lo que acaba de presenciar, salen a la calle: el notario les cierra la puerta de golpe.
Catalina
Salvador, cálmate. Te dará un ataque…
Dalí padre
(Aun más enfurecido)
¡Maldito país! ¡Maldita educación! Mira adónde nos lleva,
tanto progresismo.
El notario inspira durante unos segundos tan fuerte y tan profundamente que parece que sopla una fuerte tramontana. Ni Catalina ni su hija se atreven a abrir la boca.
Dalí padre
¡Panda de perdularios!
(más calmado, pero con determinación)
Mañana hago un nuevo testamento, no verá ni un duro. ¡Todo el mundo lo sabrá!
124. Casa Anna Maria en Es Llané. 1989. Sala. Int. Día
Anna Maria lo recuerda todo bien.
Anna Maria
Y padre me dijo: Y tú, Anna Maria, te vas a Inglaterra. Estudiarás en
Cambridge, allí sí son civilizados.
Maggie
(riendo)
Y disciplinados, ¡sobre todo disciplinados, querida! Y nos la pasamos muy bien. La vida es sorprendente.
Ambas se ríen un poco, compartiendo miradas de complicidad, como en sus tiempos de Cambridge. Los recuerdos que guardan en sus mentes.
125. F.B. Playa de Es Llané. 1929. Ext. Día
Es invierno, el día está cubierto y hace frío en la playa. Sopla un viento de mar. Salvador acaba de cortarse el cabello, lo entierra en la arena y hace que Buñuel le retrate con un erizo de mar.
Anna Maria
(off)
El primer destierro duró cinco años.
126. Casa Anna Maria en Es Llané. 1989. Sala. Int. Día
Anna Maria y Maggie siguen en la sala.
Maggie
¿Quién puso paz?
Anna Maria
Salvador sólo podía contar con el tío Rafael. Y lo consiguió. Pero esta casa ya nunca volvió a disfrutar de aquel ambiente tan bonito.
Maggie
Todo tiene un inicio y un final.
Anna Maria
Buñuel regresó para filmar unas escenas de L’âge d’or en el cabo de Creus, que enfurecieron todavía más a mi padre.
127. F.B. París. 1930. Ext. Día
Imágenes de archivo del estreno de L’âge d’or.
Anna Maria
(off)
Con L’âge d’or ya no se entendieron tan bien, pero consiguieron armar un gran escándalo. Muchos amigos, pintores, escritores y la buena sociedad huyeron escandalizados del Studio 28, sin decir ni palabra.
128. Casa Anna Maria en Es Llané. 1989. Sala. Int. Día
Anna Maria y Maggie siguen en la sala, fuera la luz del día ya va bajando.
Anna Maria
La controversia en los periódicos fue muy fuerte. Los trataron de todo: bolcheviques, pornográficos, blasfemos.
Maggie
Ni siquiera en París se perdonaba un ataque contra los valores burgueses.
Anna Maria
Las juventudes de Action Française destrozaron el cine, lanzando tinta negra a la pantalla, disparando tiros y bombas lacrimógenas y apaleando a los espectadores.
Maggie
Eso ya era desorden público.
Anna Maria
La excusa perfecta para el jefe de policía, que la prohibió y confiscó las copias. L’âge d’or tardó medio siglo en ser exhibida de nuevo.
Maggie
Pero los nombres de Dalí y Buñuel ya estaban catapultados a la fama.
Anna Maria
Eso es lo que ambos pretendían.
Fotos del college de Cambridge donde estudia Anna Maria con Maggie en la biblioteca, en la corte, paseando las dos por la calle, muy tapadas, protegiéndose del frío. Esas fotos son una muestra más que evidente de lo muy amigas que fueron de jóvenes.
Anna Maria
Esto no lo viví, ya estaba en Cambridge. Me ayudó mucho conocernos.
Maggie
Lo recuerdo tanto. Coincidimos en el reparto de una obra…
Anna Maria
Mi personaje se llamaba Irene.
Maggie
Guardo el programa de mano: Irene, Miss Anna Maria Dalí.
Anna Maria
La única vez que he pisado…
Maggie
Como yo, nunca más, el teatro no era para nosotras
(Apura el café) Siempre ayuda verlo desde la distancia.
Anna Maria
Salvador compró una barraca en Portlligat. No se podía llegar en coche, tuvieron que llevarlo todo a lomos de unos asnos. Papá era temible, no quería tolerarlo: incluso le envió la Guardia Civil.
Maggie
Sacó el genio.
Anna Maria
Pero nada detenía a mi hermano, cada vez más enloquecido con sus ideas del surrealismo y del pensamiento paranoico-crítico, cada vez más activo y famoso.
Maggie
Empeñado en convertir Portlligat en el centro de su universo.
Anna Maria y Maggie se ríen.
Maggie
Su jardín encantado.
Anna Maria
Para mí era la casa de la bruja. Y vino la República. Federico volvió de América. Ya era un autor muy importante, de una creatividad inmensa, popular y muy comprometido políticamente. Era admiradísimo, un símbolo de la nueva España republicana.
Maggie
Por eso los franquistas le mataron. ¡Qué barbaridad!
Anna Maria
Sólo le volví a ver una vez, en diciembre del 35.