No voy a pedirle a nadie que me crea, de Juan Pablo Villalobos. Anagrama, 2016.
Vivir en el malentendido
Una cosa es habitar permanentemente en el enorme malentendido que es la realidad , y otra darse cuenta de ello. El protagonista de esta novela tarda en percatarse, y aun cuando lo logra es incapaz de poner remedio. Porque no se puede, como lo demuestra la historia delirante (pero qué en este presente no es delirio) del estudiante de literatura que se ve involucrado en una trama criminal que empezó en su adolescencia tapatía (sin que alcanzara a enterarse) y ¿terminó? en Barcelona. Juan Pablo Villalobos, tocayo del protagonista y autor de cuatro de las más divertidas novelas de los últimos años, sabe bien que esto que vivimos es tan profundamente risible como siniestro.
Roth desencadenado, de Claudia Roth Pierpont. Literatura Random House, 2016.
La inteligencia que falta
El silencio asumido por Philip Roth hace tres años, cuando anunció que se retiraba de la escritura, debe contar como una debacle para la inteligencia de Estados Unidos, en particular cuando la catástrofe política y social se ha cernido sobre una sociedad vuelta contra sí misma. Este libro, que revisa cada uno de los títulos de Roth, así como las circunstancias que los produjeron, y que interroga a su autor del mismo modo implacable en que él lo hace con los personajes de sus novelas, es un formidable testimonio de lo que el creador de Portnoy ha hecho para explicar la mentalidad estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial, y da cuenta de la estatura enorme de un escritor insustituible.
Breviario de saberes inútiles, de Simon Leys. Acantilado, 2016.
El sabio y la gracia
Ya en la deliciosa colección de ensayos La felicidad de los pececillos pudimos descubrir a un escritor para el que es fundamental el sentido de maravilla: la capacidad de detectar las ocasiones para el encantamiento que la escritura resuelve en piezas memorables. Sinólogo eminente y avezado lector de literatura, tanto occidental como oriental, Leys fue un ensayista cuya curiosidad incesante se resolvía en la comunicación de asombros también imparables, materia prima para reflexiones hechas con partes iguales de serenidad, rigor y gozo. Este libro reúne ensayos sobre China y sobre literatura (Balzac, Conrad, Waugh, Nabokov, etc.). Y es, en todo momento, un despliegue de auténticas gracia y sabiduría.