Memorias ausentes / Margarita S. Goyas

Preparatoria 7 (UdeG)

Se deshacían las memorias
cuando la tarde se volvía oscura y absurda y desaparecían las aves con misterio, al anuncio
de un portentoso ventarrón.
Se azotaban mis gozos al bailar del polvo que nublaba mi vista y enredaba mi descuidada y obscura melena.
Los males cometidos marcaban mi mente como quemaduras profundas.
A la vez que sentía el frío seduciéndome con apatía,
el miedo me agobiaba cuando el reloj de mi vida anunciaba las últimas horas y me hacía
retener aquellas injusticias que no lograba vencer,
intentando proteger los dones que con experiencia había logrado concebir, aprovechando el
tiempo o tal vez creyendo que… lo estoy haciendo…
Se deshacían las memorias
cuando la señal del mal aparecía y tocaba la puerta del corazón… inconforme y en
deshielo…
Fallecían mis instintos cuando se hacía presente la mortalidad burlándose de mis errores
con sadismo e intención…
Se me mojaba el rostro cuando mi llanto me abatía, pues ahora era el olvido mi único
consejero, que traía la soledad como severo castigo…
Se me ha secado la garganta de tanto pedir con coraje que me abandone la amnesia…
porque con ella me derrotan con facilidad hasta que mis rodillas se doblan y tocan el
suelo…
Se deshacían las memorias
cada vez que la culpa carcomía el espacio tan angosto y tedioso entre mi derecho
a desear y merecer…
Ya no cicatrizan mis heridas al dejarme llevar por la persuasión de la envidia y el ardoroso
calor del rencor…
Mi mente no logra avanzar ni un solo paso, me doy cuenta de que he olvidado los mejores
momentos de alegría…
No hay recuerdo alguno por el cual reír, ya que todos se han borrado de la manera más vil y
dolorosa…
Los sentimientos y pasiones se han borrado de la lista de recuerdos maravillosos, pues esos
recuerdos se han desvanecido hasta volverse cenizas…
Cuando termine de narrar, sentiré el éxito de un poema con amnesia…
Solo si el recuerdo no se ha borrado…

 

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