Preparatoria de Tonalá Norte / 2013A
Mis ojos derramaron lágrimas llenas de recuerdos, sentada frente a un papel en blanco y un lápiz. Déjame secar mis lágrimas, vida mía, empezaré a escribirte. ¿Cómo olvidar esas tardes en que mi sonrisa parecía nunca acabar y mi voz alzar mis sentimientos por toda esa pradera de mi vida? Poemas narré, suspiros lancé, canciones canté… que bella voz solía tener.
Ver tu figura bajo la lluvia, el pelo volar y tu espíritu navegar por mi piel erizada, mis ojos llorando por esa felicidad. Cómo quisiera regresar el tiempo y poder haber dicho te amo, te necesito, te anhelo, vida mía, por qué tan rápido me voy.
Déjame ir a esa pradera, enterrar mis pensamientos para que la tierra fértil deje salir mis recuerdos cada estación, y permite, mi vida, que alguien vea lo que ahí dejé, ahí reí, ahí lloré, respiré, grité, ahí mi vida, ahí yo aprendí a ser libre.
Sentada, aquí estoy con un trozo de papel bajo la lluvia. Veo pasar los minutos cada vez más lentos, las gotas mojan mi cabello, mis lágrimas se confunden con el paisaje mojado. He levantado mi rostro y sonrío pues veo mi libertad, este cuerpo que tanto tiempo encarceló a mi alma sale hoy a volar con las aves, a nadar con los peces, a vivir en la mente de mis queridos.
La música que algún día escuché, hoy me acompaña en mis recuerdos. Me llevo mi historia, me llevo mi poesía, mi felicidad; te dejo mis tristezas, mis decepciones, pero nunca te dejaré mi fuerza y mi sabiduría. Me voy, vida mía.