Nada hay alrededor
de una idéntica duna de aire abierta a la empatía
sin la esencia de él.
El blanco se disuelve en su aire
como si el dolor se disolviera.
Pozo en las alturas sus ojos.
Su cuerpo se deshiela y
un torrente de sal llega a mi silencio.
Luego
regresa de cremar a su hijo.
La ultima leña al ser puesta en la pira sollozaba
«la pompa y el poder, la juventud y la gloria, se extendieron por un momento » .
Sus ojos como pozos
comenzaron a arder
y empaparon con violencia toda la sal.
Yo no lo pedí,
no pediría algo así sin conocernos lo suficiente.
Oh, triste
hasta el cuerpo, la sombra persiste
y la emanación fenomenal también.
¿Y si hubiera sido comprendido desde el principio ?
Corriente abajo rocía la misma voz
cuando avanza a través del acústico pasaje.
Donde la luz y la oscuridad son gemelas
podría identificarlo:
él es mi padre
y yo soy su hijo
que trata de trazar la suave línea entre nosotros
con el humo de la pira.
Versión de Víctor Ortiz Partida, a partir de la versión del asamés
al inglés de Nirendra Nath Thakuria.