Luvina / Juan González

Preparatoria 13 / 2013A

Me enamoré en Luvina, cerca del despeñadero, mirando a la dulce mujer parecida a una dulcamara, reluciente, cerca de los camichines, mientras el viento, con su carácter tremolinesco, golpeaba su cabello y los paredones que a lo lejos se veían. En tanto llegaba una niebla muy caliginosa, ella quitaba las tecatas de la naranja y yo iba directo al purgatorio.

 

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