No sé si coincidir plenamente con el sitio web Buenos Aires Poetry cuando describe la antología Los hijos de Whitman. Poesía norteamericana del siglo xxi como «extensa y necesaria», es decir, no tengo duda de su amplitud (más de trescientas páginas), pero asumir que su grado de requerimiento era (o es) alto no corresponde mucho con mi impresión del aprecio que muchos poetas de lengua española probablemente tengan por una tradición que, si bien es una de las «más vivas de nuestro tiempo», parece encontrarse hoy día en un estado de transición que está por producir sus mejores obras.
Por supuesto, no se trata de restar cualidades al libro; la traducción y selección son obra del poeta de origen nicaragüense Francisco Larios, una labor que le ha tomado tres años y significa un trabajo titánico que culmina con la presentación, a los lectores, de ciento nueve poetas en total, entre los que más de la mitad son mujeres, y además, brinda un vasto panorama cuya principal característica es la diversidad: no sólo encontramos autores de los pueblos originarios del vecino país, también los hay de procedencia mexicana, rusa, bangladesí, palestina, china, vietnamita, japonesa, alemana, irlandesa, iraní, afroamericana y de muchas naciones de Hispanoamérica.
En estos términos, si atendemos a cómo los editores promueven el volumen, no puede negarse que se trata de un «denso torrente de voces» que ofrece un espectro múltiple de la poesía norteamericana contemporánea y que, sin duda, puede resultar de mucho atractivo para nuevas generaciones de poetas en éste y otros países; con todo, habría sido de ayuda que se incluyeran las versiones originales y varios índices críticos que funcionaran como apoyo para aquellos académicos cuya lectura de Los hijos de Whitman despertara el interés por ahondar en esta tradición poética.
Asimismo, en esta selección —diversa en más de un aspecto– no se encuentran solamente autores jóvenes, sino también algunos poetas «experimentados» (como Carolyn Forché o Rita Dove), aunque revisar estos detalles puede tomar algo de tiempo porque, si bien la sección de «permisos editoriales» funciona como listado curricular para conocer la trayectoria de los escritores, se omiten las fechas de nacimiento (detalle menor, si se quiere, pero para algunos puede ser importante).
Lo esencial, en mi opinión, es que el dinamismo que caracteriza a la poesía norteamericana actual se percibe en este mosaico intrincado que resulta tan entretenido como envolvente; pasar de un poeta a otro representa casi siempre un salto, por las impresiones que despiertan, y la compleja mezcla de referentes con los que van conformando diferentes tonos, imágenes o marcos de referencia, da cuenta de preocupaciones particulares, así se vinculen con el origen ancestral, la familia, la relación con la naturaleza o los inevitables guiños políticos e ideológicos.
De esta forma, en su impresión de ligereza, Los hijos de Whitman puede significar un paso previo (pero fundamental) para acercarnos a lo que hoy día escriben muchos poetas en los Estados Unidos, más allá de cumplir con cuotas de género o etnicidad. Además, por si fuera poco, su precio es bastante asequible.
l Los hijos de Whitman. Poesía norteamericana
del siglo xxi (sel. de Francisco Larios).
Valparaíso, México, 2017.