Roger Santiváñez (Piura, 1954) es un poeta de trayectoria vital sinuosa y producción poética irregular, con algunos grandes picos. Fundador del discutido grupo Kloaka, en sus primeros libros se entregó a una poética más o menos convencional, de la cual apenas escapa, por una singular propuesta culto-lumpenesca, El chico que se declaraba con la mirada (1988).
Sin embargo, es sólo a principios de los noventa, con la publicación de Symbol, cuando el poeta logra destrabarse del lenguaje conversacional y se entrega a una experimentación que empata con la corriente neobarroca o neobarrosa (Perlongher dixit). Sin duda Symbol es la cima mayor de la producción de Santiváñez, pero también el propiciador de una producción posterior errática, desordenada y borrosa, poéticamente hablando. Todos los libros que el poeta ha publicado luego de aquella cúspide del lenguaje han caído en el facilismo de la repetición, el autoplagio y la complacencia en juegos verbales y versales que no llevan a ninguna parte. Al parecer, el paso de una vida entregada a los excesos de todo tipo, hacia la asunción de la vida académica en Estados Unidos, no contribuyó a mejorar la propuesta poética de Santiváñez, como todos esperábamos.
Ella la sin nombre la hija del poema y la poesía
la encerrada la sirvienta la esclava
la pasión más cierta de los grupos feministas
Con ella no veré más la luz de los ficus
ni el hedor de las calles llegará
hasta el refugio de tu concha feliz
tendidos día y noche cachando bellamente
como flores de un jardín helado en el verano
sol canción mar
anarquía de M. G. P. silencio delicioso
de tu cuerpo cuando las das sensitiva
prostituida lindura calzón de seda
en la oscuridad de El Tiburón
nuestro sótano de putas y cabrones
cabros y manzanas california licor
macerado y muerte
D e c a d e n c i a
ésta es tu canción
(Fragmento de un poema de Homenaje para iniciados)