Escuela Politécnica / 2012B
Ella es el rostro y el cuerpo hermoso de la maldad y codicia. Sentada en la mesa de un bar, con una copa en la mano, un vestido ajustado, frondosa cabellera castaña y joyas adornando su cuello.
Miles de ojos puestos en ella, pero su atención sólo es para el hombre más adinerado y apuesto del lugar. Ella sube a su lujoso auto, lleva al hombre hasta su mansión.
—Ponte cómodo, cariño —le susurra al oído, mientras lo besa ligera y suavemente en el cuello, hasta que de repente le encaja sus filosos dientes en el cuello. No para sino hasta que su hambre queda saciaba.
Manchada toda de sangre, con los ojos rojos y lágrimas corriendo por sus mejillas, manda a uno de sus sirvientes a limpiar el desastre.
—Llévatelo —dice, con semblante arrepentido pero el instinto saciado. Sólo el sirviente lo sabe, él arrastra los cadáveres al cementerio adjunto a la mansión.
Su historia llena de dolor comenzó cuando era tan solo una niña y su padre la vendía a los hombres desesperados. Ella sólo amó con todo su corazón una sola vez, pero la muerte de su amado a causa de una enfermedad la dejó con el alma y el corazón vacíos, envilecidos por el pasado y torturados por el presente.
La Dama Negra no se detiene, la tortura y el terror habitan cada noche su casa.