Guadalajara, Jalisco, 1953. Ha publicado varios libros de poesía y de investigación sobre artistas jaliscienses, así como crítica de artes plásticas en diversos medios de Guadalajara.
Considerado uno de los mejores pintores jaliscienses de su generación, Javier Campos Cabello (Guadalajara, 1958-Monterrey, 1994) dio muestras de un precoz talento cuando a los seis años de edad hizo el retrato de un músico que se presentaba en la televisión, lo que sorprendió a sus familiares.
Su educación visual se inició en la céntrica finca llamada El Palacio de las Vacas, donde estaba instalado un colegio de educación básica al que asistía. La casa fue construida en 1910 y decorada con murales de estampas francesas por Xavier Guerrero. Esas pinturas de estilo neoclásico fueron su primer acercamiento al arte.
En 1974, a sus dieciséis años, ingresó a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara donde, además del rigor académico, adquirió diversas técnicas de dibujo, grabado y pintura de los profesores Jesús Mata, Alfonso de Lara Gallardo, Jorge Navarro, Tomás Coffeen, Francisco Rodríguez Caracalla y Jorge Martínez, entre otros. Identificado ideológicamente con la izquierda, en 1981 Javier se integró al grupo Trabajadores Culturales Tenamaztli, A. C., del que fue nombrado secretario de actas y acuerdos. Paralelamente, fue uno de los creadores del Taller de Investigación Visual.
En 1978 fue seleccionado en la primera Bienal de Artes Plásticas de la Juventud, celebrada en San Miguel de Allende, Guanajuato. En 1980 obtuvo el tercer lugar en el Salón de Octubre, certamen organizado por el Departamento de Bellas Artes del gobierno de Jalisco, y en 1982 mereció el Premio de Adquisición en el mismo concurso.
1981 fue clave en el despegue de Campos Cabello como artista plástico: además de recibir algunos reconocimientos, presentó su primera exposición individual en el Ex Convento del Carmen titulada Los cuartos vacíos. En 1994, tres de sus obras fueron incluidas en la exposición Jalisco, genio y maestría, que se presentó en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, y habría sido la antesala a su proyección nacional e incluso internacional, pero al día siguiente de la inauguración, el 21 de mayo, falleció en un nosocomio de la capital regiomontana.