La poesí­a fue la lengua materna de Nirendranath Chakraborty / Nirmal Kanti Bhattacharjee

Nirendranath Chakraborty es uno de esos raros poetas que han expresado las verdades más profundas de la vida en el más simple de los lenguajes. Nuncá creyó en la poesía comprometida. Tampoco perteneció a esa escuela de poetas que consideraban la poesía como un soliloquio desapasionado. Para él, poesía y alimento eran lo mismo, porque creía que no tenía derecho a vivir si dejaba de escribir.

     Nacido en el pueblo de Chandra, Distrito de Faridpur, hoy Bangladesh, Nirendranath pasó su niñez con sus abuelos, mientras que su padre, Jitendranath Chakraborty, se mudó a Calcuta con su madre y su hermana mayor, donde era profesor en el Bangabasi College. Su abuela le enseñaba rimas y cuentos populares que él memorizó. En ese tiempo había aprendido las tres R. Cada noche tenía que leer fragmentos del Ramayana bengalí de Krittibas y el Mahabharata de Kashiram Das a sus abuelos. Esta práctica lo llevó a memorizar la mayor parte de las epopeyas escritas en el Payarchhanda. De hecho, con frecuencia atribuía su afamada destreza en la rima a su abuela y a estas epopeyas.
     Siempre estuvo agradecido también con Sagarmay Ghosh, el legendario editor de la revista bengalí Desh. En 1945, cuando estudiaba en la Facultad de Derecho, alumnos de Calcuta hicieron una gran marcha desde la Wellington Square, pidiendo la libertad de los miembros del Azad Hind Fauj de Subhash Chandra Bose, quien por entonces estaba detenido como prisionero de guerra. Nirendranath y sus amigos se unieron a la marcha. La policía les disparó cerca del New Cinema Hall, y mataron a un estudiante llamado Rameswar. Cuando llegó con sus amigos al lugar, muchos estudiantes estaban sentados en la calle rodeando el cuerpo de Rameswar. Libros, cuadernos, sandalias chappals rotas, lentes rotos, etcétera, estaban regados por el lugar. Y por todas partes había gruesas manchas de sangre. Regresó a su casa esa noche aturdido y escribió un poema llamado «Rameswar, el mártir». A la mañana siguiente, metió el poema en un sobre y lo envió por correo a la oficina de Desh. El siguiente sábado se publicó a página completa en la revista. Como beneficio adicional, recibió una carta de Sagarmay Ghosh que decía: «Me doy cuenta de que tú también escribes historias. Pero será mejor que te mantengas firme en la poesía». Este consejo lo ayudó a definir con fuerza su dirección literaria.
     ¿Esto significa que sólo escribió poesía? Todo lo contrario. Periodista de profesión, escribió gran cantidad de prosa durante más de cincuenta años: reportajes, reseñas, artículos, editoriales, etcétera. En 1942, luego de aprobar el examen intermedio, comenzó a trabajar como subeditor en un periódico llamado Pratyaha, quizá el primer periódico que usó el bengalí chalit, es decir, conversacional, en lugar del bengalí formal, sadhu. A punto de graduarse, se unió a otro periódico, llamado Sriharsha, que se publicaba en cuatro versiones: inglés, bengalí, hindi y urdu. Después trabajó en Matribhumi, Navayug, Bharat, Swaraj, Satyayug, Advance y otros periódicos y revistas. En 1951 se unió al grupo Anandabazar y se desempeñó como subeditor del servicio de noticias, editor de poesía de Desh, editor de Anandamela, redactor editorial de Anandabazar, etcétera. Pero confesaba que nunca le gustó escribir prosa. Cada vez que escribía un texto en prosa, se sentía culpable, pensando que podía dedicar ese tiempo a la poesía. Curiosamente, con frecuencia decía: «La poesía es mi lengua materna, no la prosa». Y sin embargo escribía una prosa maravillosa, tanto es así que a su libro sobre el oficio de la poesía, titulado Kobitar Klas (El aula de la poesía), hoy en día casi se le trata como un clásico y es la Biblia para todos aquellos bengalíes que aspiran a ser poetas.
     Mencioné al principio que Nirendranath no creía en la escuela poética del soliloquio. Hay un dicho en inglés que afirma que los poetas se hablan a sí mismos y que nosotros sólo escuchamos casualmente. Nirendranath desdeñaba este dicho; razonaba que, si uno se hablaba a sí mismo, el asunto terminaría una vez que el discurso llegara a su fin. Pero desde el momento en que el poeta se esfuerza por publicar su poema o decirlo frente a un auditorio, está tratando de comunicarse con los demás. Por lo tanto, su poesía inmediatamente deja de ser un monólogo. Entonces se convierte en responsabilidad del poeta usar un lenguaje que sea accesible a los otros. En este contexto, Nirendranath habló en una ocasión sobre Enrique V, la obra de Shakespeare. Después de conquistar Francia, Enrique V se enamoró de la princesa Catherine. Pero Catherine no hablaba bien inglés. Entonces, cuando se suponía que iban a intercambiar dulces naderías, Catherine dijo: «Su Majestad, yo no hablo su Inglaterra». Inglés defectuoso, pero sin embargo inglés. Entonces, Enrique le dijo que hablara en su pobre inglés, eso sería suficiente para intercambiar votos de amor, porque el rey le hablaría de acuerdo a su nivel de conocimiento. Nirendranath creía que un buen poeta debería estar al nivel de sus lectores. Su uso del lenguaje debe determinarse por su entorno y estar al nivel de comunicación del hablante menos privilegiado de un idioma.
¿Qué es lo que hace que la poesía de Nirendranath Chakraborty sea tan inmensamente atractiva? Él se esforzó para rescatar la poesía bengalí de su triste sentimentalismo, su vaguedad romántica y su sensiblera expresión. Eligió autoexiliarse de la larga tradición de la emoción superficial, la significación desmesurada y el éxtasis abrumador en torno al amor del hombre y la mujer. Entonces hubiera sido posible que su poesía gravitara hacia las expresiones intelectuales como reacción a los arrebatos emocionales. Pero no permitió que eso sucediera. Lo que sobrevino fue la expresión poética de la realidad vista y escuchada de primera mano. Golpeó con fuerza la dicción bengalí al captar los temas y la imaginación de los caminos y las calles, de la fea herida abierta de la realidad. En el largo viaje poético que comenzó con la publicación de su poemario Nilnirjan en 1954, alcanzó las alturas con Kolkatar Jishu (1969), Ulanga Raja (1971), Pagla Ghanti (1981), y terminó con su trigésimo libro, Ananta Godhulibela (2008), el poeta nunca desistió de esta convicción básica.
     Algunos de los poemas extremadamente populares de Nirendranath son «Amalkanti», «Batashi», «KolkatarJishu» (El Jesús de Calcuta), «Kolghore Chiler Kanna» (El cometa llorando en el baño), «Hola, Dumdum», «Na Ram Na Ganga» (Ni Ram ni Ganga), «Sakulye Tinjan» (Tres en total) y otros. Las posibles razones de su legendario éxito se pueden atribuir a sus cualidades narrativas y dramáticas, su recitabilidad, su extrema destreza para otorgar a un incidente actual y popularmente discutido un sabor poético y, sobre todo, la sencillez de su dicción. Los amigos de Amalkanti querían ser maestros, doctores o abogados, pero Amalkanti no quería ser nada de eso. Quería ser luz del Sol. Los deseos de los amigos de Amalkanti se cumplieron en su mayoría, pero él no podía ser luz del Sol. Ahora trabajaba en una oscura imprenta. Desde un tren en marcha, el poeta vio a un joven fornido de pelo rizado correr en la dirección opuesta, gritando ruidosamente: «¡Batashi, Batashi!». ¿Quién es Batashi? ¿Por qué el joven la llama con tanta urgencia? El poeta no lo sabía ni lo sabría jamás. Los taxis apresurados, los autobuses de dos pisos, los ritmos de Chowringhee, la concurrida zona de Calcuta, se detuvieron repentinamente, porque un niño desnudo cruzaba la calle con pasos inestables. Todo esto se convierte en tema de la poesía de Nirendranath Chakraborty. Él trata en su poesía las escenas e incidentes que el hombre común encuentra en su vida diaria. Representaciones así resuenan al instante en la mente del lector y tal vez eso explique su extraordinaria popularidad.

 

Poemas de Nirendranath Chakraborty

Asia

Es un amanecer traslúcido el ahora. En la brumosa luz y sombra
el bosque, el mar, el lago, el campo de la noche húmedo de rocío,
todos se estremecen, es grande su esperanza. El día se acerca, las sólidas puertas se rompen
al escuchar una orden feroz e insolente.
La larga noche se marchita, el arruinado reino se desmorona.
La gente intrépida pisa con fuerza hacia la amorosa cita con la luz.
¡Oh, Asia! Terminó la noche, deja tu cama de desgracia
regenérate con las toscas pestañas de la luz solar.

La vida se levanta en la ciudad, el puerto, la aldea, en los campos y los graneros
y envía señales de isla en isla;
los numerosos hijos de la humanidad escuchan ese rápido y furioso llamado
y van hacia adelante con firme expectación.
Entonces, la marea humana insomne toma la curva con un júbilo de rayo
en India, Ceilán, Burma, Indochina e Indonesia.

(1953)

 

 

 

Amalkanti

Amalkanti es mi amigo,
Íbamos en la misma escuela,
Casi siempre llegaba tarde, no le importaban sus lecciones.

Cuando le pedían que conjugara
Él miraba por la ventana con una expresión de tal confusión
Que todos lo compadecíamos.

Algunos queríamos ser maestros, doctores, abogados
Amalkanti no quería ser nada de eso
Él quería ser luz del Sol.
Esa tímida luz de una tarde de lluvia y graznidos de cuervos
Que gotea como una leve sonrisa sobre las hojas del mango y del jamrul

Algunos de nosotros nos convertimos en maestros, doctores, abogados
Amalkanti no pudo convertirse en luz del sol.
Ahora trabaja en una oscura imprenta.
Algunas veces me visita;
Sorbe té, habla un rato, luego se va, dice: «Adiós por hoy».
Lo acompaño a la puerta.

Uno de nosotros que hoy es maestro
Pudo fácilmente haber sido médico;
No habría sido mucha la diferencia
Si el que quería ser doctor
Se hubiera convertido en abogado.

Y, sin embargo, todos cumplieron sus deseos, excepto Amalkanti
Amalkanti no pudo convertirse en luz del sol,
Ese Amalkanti, que constantemente pensaba en el sol
Un día deseó ser el sol.
(1959)

 

Traducción de Víctor Ortiz Partida,
a partir de la traducción del bengalí al inglés del autor.

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