El niño y las frutas / Diana Cecilia Hernández López

Preparatoria de Tonalá / 2012B

Había una vez un niño que vivía en un rancho con sus abuelitos. Era muy pobre e iba al mercado a pedir dinero para sobrevivir con sus abuelos. Un día, un señor que vendía frutas en el mercado sintió tristeza al ver que el niño, sucio y desaliñado, pedía limosnas. El señor se acercó y le ofreció de comer algunas frutas: una naranja, un mango y una fresa, para ser precisos. El niño, que nunca había probado fruta alguna, saboreó primero la naranja y le provocó una sensación de frescura; después, probó el mango y sintió dulzura; por último, la fresa y sintió amor. Al ver que el niño comía alegremente las frutas, el hombre le ofreció trabajo. El niño aceptó con alegría y él y sus abuelos tuvieron una vida más dulce, pues cada que podía les llevaba frutas de todos los colores y sabores.

 

 

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