X Concurso Literario Luvina Joven
Sin título
Halibeth Nasstasia Bethsabé Álvarez Zavala
Licenciatura en Gestión Cultural, SUV
“Por el cuerpo de esta ciudad pasa el mundo.
Cuando llega la noche la ciudad no existe.
Con ella nosotros y este juego sin nombre.”
María Negroni
Las calles que recorro son fantasmales
seguramente porque es domingo
seguramente porque detrás de las paredes
del otro lado de las ventanas
todos gritan gol
Quizá yo también soy un fantasma
Al señor que está tirado en la esquina no le importa
Tampoco les importa a los niños
que juegan rayuela a la mitad de la calle
Las salas de cine están vacías
a excepción de las que reproducen el partido
La niña descalza que está a la entrada
solo quiere que le den dinero
A la vuelta de la esquina
la esperan su madre y hermanos para ir a comer.
Afuera se oscurece la ciudad
Afuera los albañiles van al oxxo a cenar
Afuera la noche
no se ha consumido la luz de la esperanza
Adentro unos piratas dicen que es momento de salir:
Camina rápido,
quizá alcances el último camión,
camina más rápido,
por la oscuridad de las calles desiertas,
no olvides voltear atrás,
no los escuches, camina rápido,
no les hagas caso, más rápido,
pide que no vayan tras de ti,
estás a punto de llegar,
te acercas a la luz
y otra chica, sale de ella,
con una falda más corta, va,
al lugar de dónde vienes
¿Por qué no es nuestra ciudad nuestro refugio?
Como los piratas, o como las películas de antes,
de esas que les tocaron a nuestros abuelos y bisabuelos,
tenemos que salir armados a las calles
Armados
también
de palabras
y cuando el juego termina,
las personas pueblas las ciudades, aglomeran las colonias
Los fracasados y los triunfadores, comen el mismo pozole
Hay mundos más pequeños
dentro de los grandes
pero entre las calles
yo soy el fantasma.