X Finalista Luvinaria – poesí­a / Pandemia en tiempos de poesí­a / Laura Zalapa

X Concurso Literario Luvina Joven

 

Pandemia en tiempos de poesía
Laura Cristina Zalapa Carvajal
Licenciatura en Historia del Arte, CUTonalá

¿Qué será entonces del caos
cuando llegue la calma?
Cuando las calles se llenen
¿Qué será del silencio
que ahora en ellas vive?
Cuando los amantes se separen
¿Qué será de las noches
en las que no se dormía?
Cuando todo pase, si todo pasa
¿Qué será de lo que se queda?
De lo que no pudo ser
de lo que fue y se rompió
¿Qué será entonces de las obras de arte?
De los pedazos de esculturas
de las ´pinturas cuando
el moho las gobierne
¿Qué será de las letras que se plasmaron?
Y peor aún
¿Qué será de las que se guardaron en bocas?
¿Qué será de la tinta
que no conoció al papel,
y el papel que quedó desnudo?
¿Qué será de todos nosotros sin palabras?
Sin rastros de lo que alguna vez fuimos,
qué poco seremos, de lo poco
que ya somos
y de lo que ni siquiera llegamos a culminar
Somos el intermedio de todo
somos cuando queremos ser
cuando no,
queremos ser alguien más
Y modificamos nuestro sistema,
tiramos lo que ya no nos sirve
y arrastramos lo que traemos fundido
bajo las costillas
¿Qué será de nosotros
cuando ni siquiera nos tengamos a nosotros mismos?
Cuando nos hayamos abandonado
cuando estemos tan desfragmentados
que las gotas de agua huyan
ante nuestro reflejo.
Qué pobres quedaremos cuando
tengamos que pagar la cuenta del bar
cuando se termine el último cigarro y
los ceniceros estén que se desborden
¿Qué será de ti cuando me haya marchado?
O peor
¿Qué será de mi cuando me haya ido?
cuando mi caos sea mi calma
¿Qué será de lo que es?
De lo que hemos quemado
con lo que experimentamos
y falló
¿Qué será del último trago
de la botella de tequila?
Amargo, solo para uno
imposible compartir
¿Qué será de mi egoísmo?
De mis libros, de la pregunta
que nos gobierna desde hace miles de años
¿Qué será del yo
 cuando no exista nada más que eso?
¿Qué hubiese sido de Jesús sin Judas?
¿Abel habría caminado más que Caín?
¿Y si la omnipotencia de Dios
hubiese alcanzado solo para cinco días?
Habríamos de ser entonces polvo,
polvo del color de mi piel, barro moreno.
Barro que se endurece, barro que quiebra.
Seríamos pues, lo que somos hoy.

Comparte este texto: