X Finalista Luvina Joven – ensayo / “La la land”, representante de la fantasí­a en la realidad act

X Concurso Literario Luvina Joven

 

“La la land”,
representante de la fantasía en la realidad actual
Angélica Yazmín Lara García
Preparatoria 5

En el mundo actual, los sueños y las obligaciones son conceptos completamente diferentes e incompatibles. Tus sueños de niño deben de madurar si es que quieres ser un miembro integrado de la comunidad, y es aquí donde tiene cabida esta pregunta: ¿En qué momento los soñadores e idealistas pasaron a ser simples ilusos de la vida? Nos cuesta tanto creer en nosotros mismos y preferimos irnos “por la segura”. Es justo en medio de todo este escepticismo que llegó a los cines LA LA LAND, la galardonada película del año 2016 dirigida por Damien Chazelle. Este filme es la muestra contemporánea de la pregunta anteriormente hecha. La repercusión de este musical va más allá de una buena presentación de bailes y canciones, sino que es su soundtrack, colorimetría, su guion y dirección lo que en conjunto convierten a este “simple musical” en un performance crítico de la sociedad y es lo que expondré en este ensayo.
“La propia realización de la película es el resultado de un sueño, el de un joven director que
llevaba desde 2010 luchando por poder grabarla” (Beatriz Díez, BBC NEWS, 24 de enero 2017).

La manera en la que desarrollare mis argumentos será en el orden en que se desplegó el soundtrack a lo largo de la película, ya que es precisamente la música y cómo se transforma durante las escenas lo que le dio ese toque especial a la película, esa atención a los detalles. En lo personal este orden da un acercamiento más notorio al mensaje de la película.
Como mencione anteriormente, LA LAND es un musical. Partiendo de este punto, tenemos claro que un musical está centrado en el “mundo de la fantasía”, un espectro en el cual se te permite cantar a mitad de un embotellamiento. Este es el primer tema para analizar: la monotonía de lo cotidiano. Al principio de la película vemos un atasco en una avenida, el sol y los carros; algo que seguramente todos vivimos alguna vez, en esta parte es donde sucede el primer acto musical titulado “Another day of sun”, la cual en estos minutos de la película representa lo cotidiano, que incluso resulta molesto, pero que puede convertirse en algo maravilloso. No hay porque vivir acomplejados ya que precisamente es otro día de sol. Al terminar esta canción se nos presenta a los protagonistas: Sebastián, un idealista que vive de sus sueños, y Mia, una aspirante a actriz demasiado realista. En esta escena el semáforo da verde y, mientras todos avanzan, Mia se queda estática. Aquí, Sebastián le toca el claxon pidiéndole que se mueva, que despabile, ¡que la vida sigue!. Otro concepto para analizar es precisamente ése, en el que estamos tan absortos en lo que fue, en lugar de darle esa atención a lo que será.

Después de unos minutos de película llegamos al segundo número musical, el cual es “Someone in the crowd”. En esta canción y en la coreografía vivimos la fantasía. La letra habla sobre tus sueños realizados, el éxito y tu fantástica realidad. Al inicio de la canción vemos a Mia en su apartamento triste por una mala audición y un terrible día de trabajo, acto seguido entran sus compañeras de apartamento a invitarla a una fiesta de “elite” de Hollywood y, al reusarse Mia, la canción da inicio a la letra en la cual le dicen a nuestra protagonista el mundo de posibilidades que le espera afuera, algo mejor la está esperando. Es así como salen a la fiesta, viviendo el sueño. Esta escena llena de alegría el mundo; los colores y los bailes te dan a entender lo que puedes lograr si tienes el coraje de internarlo y, justo cuando todo parecía ir espectacular, entramos a la siguiente escena. La cruda realidad entra en personaje, se han llevado el coche de Mía, por lo que ahora tiene que caminar para llegar a su casa. En ese momento podemos ver en plano abierto a Mia, pequeña e insignificante en contraste con la enorme ciudad de los Ángeles. Esto se relaciona directamente con el sentimiento de desesperanza que nos provoca la realidad: eres tú en un enorme plano. ¿De verdad crees que tus sueños se cumplirán cuando solo eres una persona de miles que probablemente sean mejor que tú? Luego de esto Mia camina decepcionada por la calle, en cierto momento escucha una hermosa interpretación de piano en un restaurante. Atraída por la música, Mía decide entrar y, una vez dentro, conoce a Sebastián, el tipo que le había tocado el claxon esa misma mañana. El ambiente se envuelve en su preciosa canción, Mia se acerca para hablarle y, justo cuando se encuentran en el pasillo, este paso de largo de ella. Otra vez la realidad te noquea ¿esperabas conocer al amor de tu vida? Esto no es una película, sé coherente.

El suceso anterior lo podemos ver también desde la perspectiva de Sebastián. Él fue a trabajar esa noche a un restaurante donde él sólo es un adorno más. Sebastián tiene que seguir una lista de canciones que no son de su agrado y que en realidad a nadie le interesan. Esta es la vida: trabajar para pagar las deudas que te tienen hasta el cuello porque te has dado cuenta de que tus sueños no te están dando de comer. A medida que la noche pasa Sebastián, él se siente ignorado y, en medio de eso, cuando está tocando un villancico genérico la fantasía lo inunda y se deja llevar por su creatividad, por su talento. Sebastián empieza a improvisar la pieza con la que más tarde entra Mia. Aquí nos llega otro mensaje, y es sobre la pasión, como aquello que nos llena el alma, que mueve nuestras células y que eriza nuestra piel cada que lo hacemos, sea utilizado como medio de vida, sin la necesidad de tener que trabajar para algo que claramente no nos mueve el alma de emociones. Es a mitad de ese sentimiento que la luz vuelve a su tonalidad habitual, la realidad ha llegado para decirte una vez más que madures, pues en ese momento despiden a Sebastián por no tocar las canciones sin chiste que le han pedido, en otras palabras “no necesitamos creatividad, necesitamos practicidad”.

 

Subsiguientemente, la película nos lleva a una fiesta de primavera donde se encuentran nuestros dos protagonistas. Al final de esta reunión los dos se retiran al mismo tiempo. Aquí tiene entrada el siguiente número musical y el más icónico de toda la película: “Lovely night”. Nuevamente la fantasía se ha apoderado del mundo, el atardecer es violeta y anaranjado, los dos se eclipsan por el momento, bailando y cantando, irónicamente sobre el desperdicio que es estar ahí con el otro. El panorama es romántico e irreal, y en el instante en el que los personajes se miran y, según lo dan a entender, iban a besarse, nuestro querido antagonista los golpea en la cara, una llamada entra en el celular de Mia. Este hecho se puede interpretar también como la tecnología parte de nuestra vida cotidiana, que en ocasiones nos distrae de la emocionante vida que tenemos enfrente de nuestros ojos.

Y así pasamos a un nuevo plano, la cafetería donde Mia Trabaja, la cual está situada en los estudios Warner Bros, justo donde sus sueños deberían tomar dirección, pero en lugar de eso, Mía está sirviendo panques libres de gluten. De repente entra Sebastián y cuando Mia termina su turno, salen a dar un paseo por los sets de grabación del lugar, mientras hablan de sus aspiraciones en la vida. Mia menciona que lleva 6 años en Los ángeles y aún no ha obtenido ningún papel importante, también menciona que cuando era niña escribía obras de teatro que interpretaba con su Tía. Después de decir eso, Sebastián le propone que deje de estar tras papeles sin importancia y que se atreva escribir su propio guion donde pueda ser ella misma. Al tiempo que dice esto, Sebastián habla sobre el enorme gusto que tiene por el jazz y, para poder demostrarle lo magnifico que es, él la lleva a “the light house”, un club de Jazz clásico.
Durante la plática que tienen, Sebastián habla sobre lo importante que es ser fiel a uno mismo, a tus sueños y a tus pasiones. Si algo no te funciona hazlo funcionar desde tu perspectiva. Al terminar esta cita, Mia y Sebastián quedan de ir juntos al cine. Cuando Mia llega su apartamento para cambiarse, llega su actual novio con el que tenía ya programado salir. Mia se va con él, pero, a medida que la noche avanza, Mia nota que se siente desfasada; simultáneamente suena la melodía que Sebastián tocó la noche en que se encontraron en el restaurante. Podemos interpretarlo como la presencia de los sueños recordándote lo que en realidad quieres hacer y dónde quieres estar. Dependerá de ti si los sigues o te quedas en lo que se ve conveniente, y es así como Mia sale en busca de Sebastián, de su fantasía.
Después de ver la película, Mía y Sebastián se dirigen al planetario, donde sucede la segunda escena más encantadora del filme. Este momento es fantasía pura, pues los dos personajes se han enamorado y, en un improvisado baile con la proyección de estrellas, de un momento a otro se elevan en el aire bailando juntos. Aquí no hay lugar para otra interpretación del simbolismo de esta escena: es el amor, en su forma más romántica; es la manera en la que nos sentimos al estar con esa persona especial. Al final bajan de las nubes para culminar con un tierno y esperado beso. Después de todo sí puedes vivir tus ilusiones.

La vida posterior a este suceso cambia completamente: ambos están en las nubes, van tras sus sueños. Mia empieza a escribir su obra y Sebastián planea cómo abrir su club. Todo parece demasiado bueno, y es exacto lo que pasa, comienzan a aparecer problemas de manera silenciosa. Sebastián cree que Mia espera algo más de él y, cegado por esta creencia, acepta un trabajo en una banda de “jazz” la cual no tiene respeto alguno por el género y lo único que busca es dinero. Al principio el grupo musical es una completa bendición monetariamente hablando, los dos siguen aún por ese sendero mágico que los llevara a la realización personal que ambos buscan. Durante estos días de gracia pura, sucede otra de las más hermosas escenas: los dos personajes cantan juntos “City of stars”. Esta canción es el anuncio de la victoria que ambos sienten y de cómo la ciudad de las estrellas por fin les sonríe. No solo eso, sino que en el camino han encontrado el amor, en su querida ciudad de las estrellas.

Como mencione anteriormente, cuando algo es demasiado bueno para ser verdad, es porque seguramente no lo es. Sebastián y su banda tienen un éxito tremendo. Una noche Mia va un concierto para ver al amor de su vida hacer lo que tanto le apasiona, tristemente se lleva la terrible sorpresa de que Sebastián se falló a sí mismo, a su sueño y a todo en lo que creía, pues el “concierto de jazz” es una exagerada presentación de pop. Esta escena me parece, socialmente hablando, la más importante, ya no solo se habla de sueños sino también de cómo te puedes corromper solo para alcanzar un éxito que sabes que en realidad no te llena el alma. Sebastián dejó lo que en realidad le gustaba hacer, porque ¿eso es lo que los adultos hacen, no? Madurar para poder hacer algo que venda y ser exitosos sin importar como fue tu camino para llegar a ese punto, sin importar si eso es lo que te gusta hacer, porque el mundo no le hacen falta más artistas.
Las semanas pasan, Sebastián está de gira y ella mantiene vivo el sueño. Llega el día de la obra tan esperada de Mia, a la cual Sebastián no asiste porque tenía una sesión de fotos. Cuando Sebastián llega al teatro, Mia está destrozada pues su obra fue un completo fracaso. Ya no tiene dinero, un empleo y encima ya no reconoce al hombre que amaba. La realidad no podía ser más cruel, al final no se puede vivir de ilusiones.

Con esto en mente, Mia decide marcharse de la ciudad y regresar a la casa de sus padres, termina con Sebastián y se va, dejando su ciudad de las estrellas. Sebastián por su lado, está devastado: perdió a Mia y, peor aún se perdió a sí mismo y, en el camino, arruinó a Mía. En medio de sus lamentos, Sebastián recibe una sorpresiva llamada de una directora de cine, quien asistió a la obra de Mia, y la directora le ofrece un papel para actuar como la actriz principal. Posterior a esto, Sebastián se levanta y va en busca de Mia para devolverle sus sueños. Después de una acalorada discusión, Mia acepta ir a la audición, más a regañadientes que por voluntad propia. Al llegar, hace una interpretación preciosa, al igual que Sebastián aquella noche que paso de largo de ella, se envuelve en su pasión, en la fantasía, reanimando sus sueños y metas. Mia canta “The fools who dream”, de esto es de lo hablo: la fantasía, el anhelo que impulsa a las personas a ser ellos mismos, a ser atrevidos, a ser soñadores a ser artistas, que se arriesgan a ser llamados tontos.
Al salir Mía habla con Sebastián, quien le dice que siempre amara a Mía, pero que ella tendrá que vivir sus sueños y él los suyos. Aquí presentan un concepto del amor realmente bello y cito al filósofo galo Saint-Exupéry “quizás el amor sea el proceso de dirigir al otro gentilmente hacia él mismo”. En toda la película, Mía y Sebastián buscaron su realización personal, eran dos soñadores juntos y gracias a eso lograran sus metas, aunque eso signifique no hacerlo juntos. En este punto, termina la historia; no obstante Damien Chazelle nos da un epílogo para no dejar nada suelto. Se nos muestra a Mia, 5 años después, como una famosa actriz y a Sebastián con su tan anhelado club de Jazz. Una noche Mia va a ese club con su nuevo marido y ahí, como es de esperarse, encuentra a Sebastián. Sucede aquí el último acto musical, el cual es una demostración del “hubiera”, de lo que pudo haber pasado de haber hecho las cosas diferentes, de lo que pudo haber pasado si la fantasía fuera el único plano existente. Al terminarse esto, Mia y Sebastián se dedican una última mirada, una mirada confidente, que expresa que todo está bien, y que al final ambos tuvieron su final feliz.

 

 

 

Ahora bien, se podría decir que LA LA LAND no es nada más que un musical y, al pertenecer a este género, todo en él es mera magia al estilo Disney y los espacios que yo he llamado “realidad” es el simple hecho de que no pueden cantar cada escena. Sin embargo esto no es así, LA LA LAND fue lanzada en pleno siglo XXI donde los musicales son sólo para señoras y niños muy pequeños y, a pesar de esto, se vuelve una de las películas más galardonadas de la academia y, si bien no generó una revolución cinematográfica, sí realizo una de las más hermosas criticas sociales que jamás he visto.

Algo sumamente importante que se debe tomar en cuenta antes de hacer la afirmación anterior, es que desde el título LA LA LAND (que significa “estado mental ensoñador y eufórico alejado de las más duras realidades de la vida”, según el diccionario de Merriam-Webster), se nos hace saber que para poder entender su trasfondo tenemos que ver con ojos críticos, tenemos que apreciar el plano completo y no verla solo como “otra película romántica, con un final feliz”. Si esta película hubiese tenido ese final feliz esperado por algunos, entonces sí sería un simple musical con una típica historia, que nos da la gratificación del La la land; sin embargo, esto no es así y esos ojos críticos tendrían que ser utilizados de manera cotidiana en nuestra vida, para entender así de manera verdadera la vida, los sueños y nuestras decepciones, tal y como Mia y Sebastián lo hicieron. Está más que claro que cada canción, cada baile, cada vestuario, y cada luz empleada no fue casualidad, fueron planeadas para causar este impacto, ese mensaje que nuestro subconsciente atesoraría, para causar esa magia.
“Supongo que se puede referir a ese estilo de sueño. La sociedad, en cierta forma también critica a los soñadores, la idea de estar en las nubes suena mal. Y muchas veces hay algo realmente hermoso detrás de cierta gente que no tiene los pies sobre la tierra, al tratar de vivir soñando. Esa es la idea que yo tuve para filmar La la land.” (Damien Chazelle, entrevista en EL ESPECTADOR, febrero 2017)
LA LA LAND llego para decirnos que la sociedad actual cada vez pide más gente de molde, a quienes les cuesta tanto desvelarse por sus ideales que prefieren dejarlos y se van por el trabajo más seguro que encuentren. La la land llegó para decir que la pasión y el éxito no son realidades separadas y que el verdadero éxito es el que te llena de plenitud. Este éxito le pertenece a los soñadores, a aquellas personas que se mantuvieron fieles a sí mismos. La la land llegó para decirnos que despertemos y que nos movamos por aquello que nos apasiona. ¿Que es difícil? ¡Claro que sí! Si fuera sencillo, no valdría la pena.

 

“Siempre es un buen momento para ser artista, para soñar a lo grande”
Damien Chazelle-

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