Preparatoria 7 (UdeG)
Contando. Uno, dos, tres…
Sentada. Mirando de izquierda a derecha, al frente y atrás.
No lo veo aún por ningún lado, quizá esté a punto de doblar la esquina.
Nublado. El oscuro cielo a punto de llorar.
Oculto tras el negro color de las nubes; es ahí donde puede estar.
Esperando. Buscando en el inmenso azul del mar de aire el instante en que caiga y se refugie en mi ser.
Silencioso. Tal vez nacerá del silencio que alberga mi espera.
Bailando. Quizá venga a mí como la brisa que baila con el viento; quizá como la hoja que ondea en su caída, danzando lento.
Soñando. Lo conoceré soñando adentrada en su mirada.
Y aún sigo aquí, sentada; aún sigo esperando.
Llueve. Aún no lo conozco y la lluvia ya me hace extrañarlo.
Obscurece. Las nubes se han desvanecido y reina la neblina de la noche.
Amanece. Corre el sudor por mi frente, corre la sangre en mis venas, corre y corre el amor, que apresuro y sin embargo no llega.
Sentada. Viendo las huellas de otro día que ha pasado frente a mí, en una calle que a la izquierda no veo su comienzo y a la derecha no distingo su fin. El día pasó presuroso y siguió su camino, y yo sentada al filo de la calle, miro a la izquierda esperando la hora de su llegada; a la derecha, por si pasó, no me vio aquí sentada y por mí regresa. Al frente por si andaba perdido, y atrás por si acortó el camino.
Contando. Uno, dos, tres…
Segundo tras segundo. Aún no lo veo por ningún lado.
La llegada de un amor, sentada seguiré esperando.