El universo evidente de Margarita Vega

Víctor Ortiz Partida

Vemos el universo a colores gracias a los científicos que toman fotografías con un telescopio espacial. Ellos procesan las imágenes en blanco y negro para obtener los colores a partir de la radiación de los cuerpos celestes captada por la cámara. Así, el rojo nos informa que hay azufre en ellos; el azul, oxígeno; el verde, hidrógeno. También, gracias a los colores obtenidos, podemos extraer otros datos, como la edad de las lejanísimas estrellas.

En La evidencia, Margarita Vega nos muestra los colores de su universo interior. El proceso personal que ha seguido a lo largo de los años aterriza en estas obras recientes que despliegan sus colores verdaderos: ella es una artista genuina que ha trabajado durante mucho tiempo en su oficio, y eso se nota en sus piezas, en las que siempre brillan las noticias de su pasado creativo.

Maestra del grabado, Margarita Vega obtiene de los materiales rudos resultados delicados, etéreos, pero con texturas que delatan su cruda procedencia: metales, piedras, duras superficies, fuerzas, densas tintas, solventes, presiones, transformaciones. En sus grabados, la artista ha reflexionado sobre la no figuración con formas y colores que, sin embargo, nos remiten al mundo cotidiano, palpable.

La evidencia (2019) es una serie de piezas de 36 x 28 centímetros, creadas con pastel seco sobre madera. El manejo experto de esta técnica hace evidente el camino recorrido por Vega. Los tonos y las delicadas texturas se muestran con aparente brutalidad: masas coloridas sobre superficies ocupadas ya por otros colores, enfrentamientos, conquistas, mezclas, insurrecciones y aplastamientos, pero también intervenciones, arrepentimientos, correcciones, conexiones y uniones que permiten el equilibrio y la paz en la contrariedad.

Frente a las piezas que integran La evidencia, los ojos sienten el cosquilleo del disfrute: colores y matices, trazos y texturas, detenciones y movimientos, profundidades y elevaciones, anclajes y vuelos, develaciones y misterios: todo está y a la vez no está en estas obras que muestran y al mismo tiempo ocultan el enigmático universo abstracto, cercano y lejano, de Margarita Vega. Los espectadores —científicos visuales cotidianos— tienen que descubrirlo todo.

Margarita Vega (Ciudad de México, 1974). Creadora afincada en Guadalajara. Artista del grabado, dibujante, pintora. Está al frente de su propio taller: Gráfica Vega. Coordinadora de otros talleres, autora de proyectos comunitarios y gestora cultural. Con su obra se han realizado nueve exposiciones individuales y más de cincuenta exposiciones colectivas.

Para que el sol regrese
Zona ambigua
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