El gato de cinco patas / Varios alumnos

(Ejercicio de “cadáver exquisito”) Grupo del taller Luvina Joven
 Preparatoria 8

Llegué corriendo a casa, mi  papá me recibió con una sorpresa: un gato lindo, blanco y pequeño. Me dijo que se lo había encontrado en la calle y que no sabía qué hacer con él. Todos sus instintos le decían que dejara ese animal. ¡Ah!, pero un delicado sentimiento humanitario lo hizo llevárselo a casa, aunque con desconfianza. Murió… Pero revivió al tercer minuto, según las notas de Chuck Norris. Entonces el gato comenzó a atacar a todas las personas que estaban alrededor. Todas corrían desesperadamente, creyendo que así se librarían del peligro. Había un caos total y las calles estaban sofocantes por el miedo, que se transformaba en sangre, sangre espesa que brotaba de las entrañas expuestas y podridas de aquel gato, criatura extraña: no se sabía si era un pescado o un caballo en miniatura, no se movía, tal vez ya estaba muerto. El gato aún se movía, se acercó a aquella criatura y el pez-caballo dio un salto, golpeando tan fuerte la cabeza del pobre gato que éste cayó al piso y murió.

 

 

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