Escuela Politécnica / 2014 B
Fue un día de invierno cuando Ella conoció a su amor,
   Fue un dos de febrero cuando apareció en su lista.
   Cinco meses y, por mientras, en lista de espera.
   Y en lista de espera apareció su amor, con cinco meses de antelación.
   “Cáncer, infarto o algún otro mal; no importa cómo, fallecerás.”
   Y vio sus ojos, y no vio nada ahí.
   O quizá sí lo hizo, porque desde entonces no se separó.
   Y vio su boca, y no había nada ahí.
   O quizá sí, porque sufrió de tentación.
   Y vio él a ella, y no vio nada ahí.
   O quizá sí, porque se acercó.
   “Muy buena noche, ¿quiere bailar?”
   No dijo nada, o quizá sí, porque rápidamente bailaban al son.
   Está usted muy guapa, susurró su amor.
   Y un rubor subió a sus mejillas, o quizá no.
   “Estoy muerta, y en los muertos no hay rubor.”
“Tengo que irme” y un besó le plantó.
   La muerte no espera, la muerte hace esperar.
   O quizá no, porque llegó tarde a matar a un señor.
“Mi bella Catrina, te volveré a ver.”
   Quizá lo sabía, quizá no, pero ahí está su nombre,
   Y no escondido en un panteón.
Y fue la Catrina, llegando tarde a cada reunión.
   O quizá no, porque con su amor no faltó.
Cinco meses y un día, y en la lista apareció.
   “Cáncer, infarto o algún otro mal; no importa cómo, fallecerás.”
   O quizá sí importó, porque cuando el día llegó, la Catrina le lloró.
Un minuto pasó, y la Catrina lloró.
   No puede estar con él, él está en el panteón.
   O quizá no, porque su alma se fue en el carretón.
Cuatro meses pasaron, y la Catrina lloró.
   Ríos amargos creó por su amor.
   Y ella en su trabajo no lo pudo ver más.
¡Ay! Cinco meses y un día estuvo con su amor.
   O quizá no, porque un sueño le pareció.
   De sueño a pesadilla, y de pesadilla a verdad.
   Y como verdad le dolía más.
Cuatro meses pasaron y la Catrina lloró.
   Y llorando y llorando alguien la compadeció.
   O quizá no, porque su consuelo no fue mucho mayor.
   “Escoge un día para ver a tu amor, que venga su alma y las del panteón”
   Cuatro meses pasaron y la Catrina lloró.
   “Escojo hoy, pero rápido, por favor.”
   Y el tres de noviembre se reunió con su amor.
   Un rubor corrió por su cuerpo de nuevo.
   Y el tres de noviembre se reunió con su amor.
   “El día de muertos”, gritó con antelación.
   Y el tres de noviembre por siempre esperó.