Los Mochis, Sinaloa, 1972. Antologó el libro Extremos, cuento último de Guadalajara (Ediciones Arlequín,1997).
En el vasto paisaje de la literatura contemporánea, Eugenio Partida emerge como un cartógrafo de las emociones humanas, trazando mapas de la psique con una crudeza y honestidad que estremecen al lector. Desde su ópera prima, La ballesta de Dios, Partida ha cincelado su firma en el mármol de la creación literaria, esculpiendo personajes memorables que habitan en escenarios donde la realidad se desnuda sin tapujos.
Una de las marcas distintivas de la obra de Partida reside en su realismo descarnado. No hay lugar para la idealización ni los rodeos; la realidad se presenta tal cual es, en toda su crudeza, con la capacidad de despertar en el lector una incómoda epifanía, incluso bordeando el humor negro al abordar temas sensibles como la indolencia, la corrupción, la pobreza, la vanidad o la muerte.
En sus historias, la vida se convierte en un personaje más, despojada de solemnidad, tal como la describe Juan Rulfo. En Campos de fresa para siempre (Typotaller, 2023) Partida nos presenta un mosaico de personajes complejos y contradictorios, seres humanos que luchan contra sus propios demonios y las adversidades de la vida.
En este volumen, Partida se sumerge en las profundidades de la condición humana, desentrañando temas como la violencia, la fragmentación de la identidad y la memoria, la ambición y los fracasos, la cotidianidad y la irreverencia, el viaje y el retorno. Todo ello, impregnado de una sensibilidad única que se vierte en un lenguaje preciso y agudo.
A través de una prosa evocadora y una meticulosa atención a los detalles, el autor crea una atmósfera palpable de claustrofobia y desesperación que envuelve al lector y lo sumerge por completo en el universo de sus relatos. Partida se convierte en un Virgilio, un guía, un intruso y un narrador implacable de las realidades que la élite social se empeña en ocultar.
En «Los sueños», el relato que abre la obra, encontramos ruinas habitadas por rutinas, donde aún florecen ilusiones humanas bajo la sombra de las prohibiciones. «Cáncer» se asemeja a una fábula moderna de la carrera entre la liebre y la tortuga, cuya meta final es la muerte. En este relato se destaca la atmósfera opresiva, sello distintivo de la obra de Partida, que refleja la angustia emocional de sus personajes.
«En la montaña», posiblemente el relato más insólito del libro, nos presenta a personajes que toman las riendas de la narración y viven a su manera. Una historia que invita a múltiples lecturas, donde cada una revela nuevos matices. La prosa de Partida se torna hipnótica, tejiendo una atmósfera de tensión y suspense que mantiene al lector en vilo. Las descripciones vívidas y los diálogos punzantes nos transportan al corazón de la acción, haciéndonos partícipes de la angustia y la desesperación del protagonista.
En el fascinante universo narrativo de Campos de fresa para siempre, «Budapest» se erige como un hito singular y una travesía literaria que desafía las expectativas del lector.
Con una narración impecable y un humor negro finamente calibrado, Partida nos invita a embarcarnos en un viaje donde la supervivencia se convierte en el leitmotiv principal. Dicho humor negro, presente en dosis justas, sirve como contrapunto a la crudeza de la realidad. Partida sabe aprovechar este recurso con maestría, aliviando la tensión y añadiendo una capa de ironía a la narrativa.
En la segunda parte del volumen, la novela corta que da título al libro nos sumerge en los avatares de una familia de alcurnia. La desintegración familiar es una constante, y la búsqueda de la identidad se convierte en una travesía desesperada por alcanzar la felicidad en un entorno hostil.
El estilo narrativo de Partida se consolida como otro elemento distintivo en «Campos de fresa». Oraciones cortas y descripciones vívidas sirven como herramientas para crear imágenes que se incrustan en la mente del lector mucho después de cerrar el libro. Su estilo minimalista y directo permite que la fuerza emocional de sus historias brille con intensidad, sin distracciones ni artificios innecesarios.
La memoria y la identidad son temas recurrentes en la obra de Partida. A través de sus relatos, el autor explora cómo el pasado moldea el presente y determina el futuro de sus personajes. Ya sea a través de flashbacks o reflexiones introspectivas, Partida nos invita a repensar quiénes somos y de dónde venimos, y cómo estos factores afectan en nuestras vidas.
Las influencias literarias de Partida son evidentes en su obra. Autores como Ernest Hemingway, William Faulkner, Cabrera Infante y Juan Rulfo han dejado una huella indeleble en su estilo y enfoque, enriqueciendo sus narraciones con profundidad y complejidad.
En Campos de fresa para siempre, Eugenio Partida logra capturar la esencia misma de la experiencia humana; estos siete relatos y novela corta nos orillan a mirar más allá de la superficie de la vida y nos confrontan a las verdades incómodas que yacen en lo más profundo de nuestro ser.
La obra de Eugenio, en especial esta última entrega, perdurará como un testimonio de la capacidad del arte para iluminar las sombras y revelar la verdad oculta detrás de las apariencias. Se trata de un festín literario que deja un sabor agridulce en el paladar de sus lectores.
Campos de fresa para siempre, de Eugenio Partida. Typotaller, 2023.