Preparatoria 13, 2014 B
¿A quién más escribir bajo el firmamento oscuro y estrellado ahora que al reloj se le caen los números y se detiene el tiempo?
Ahora que mi mente da tantas vueltas como se lo permiten mis pensamientos abstractos y difusos de su ser.
Ahora que mis ojos no se cierran por más que se lo pido a los gritos mientras doy vueltas en mi habitación.
Ahora que recuerdo sus labios y los míos, sus manos, sus ojos que tienen un color tan dulce como el sonido de su voz y su sonrisa que resplandece con ella todos los días, como un sol ardiente en épocas de verano.
Ahora que en el edificio, la mía es la única luz encendida y yo aquí, en mi escritorio, escribo para ella.
Ahora que en lo alto, las nubes por fin se dispersan y me baño con los rayos placenteros de luz de luna que me ruegan volver a la cama y apagar la luz.
Ahora que el cielo se parte en dos y cae sobre mí…
¿A quién más debería escribir sino es a la señorita con ojos de papel que aparece de repente y ya no me deja dormir?