Ciudad de la Gehenna / Manuel Silva Acevedo

     La corrupción no ha sido nunca obligatoria;
     cuando yacen las ciudades bajo los pies del monstruo,
     nos quedan las montañas.
     Robinson Jeffers
     Cuídate de habitar en la ciudad de la Gehenna
     con sus impávidas cariátides y sus fálicas elevaciones
     Si es posible no pises sus calles estridentes
     bajo el rodar de metales que chirrían y sulfuran
     ni cedas al embrujo de las euménides
     con sus valvas abiertas las 24 horas
     del día artificial de helio y neón
     Sin más compañía que tu sombra
     aléjate de las urbes y abomina de los hombres
     y sus redes magnéticas
     Renuncia a la seguridad de la Polis
     con su tufo que apesta
     y apártate del estruendo infernal
     con que el dinero fornica y se reproduce
     como un molusco ávido y baboso
     Mas si no eres capaz de resistir su hechizo
     arráncate los párpados
     con tal de mantener los ojos bien abiertos
     porque el rescate es demasiado alto
     para alcanzar a pagarlo en esta vida.

 

 

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