Preparatoria 11, 2014 B
De tus labios nace mi fantasía,
tu sonrisa me incita, me llama…
A tu cuerpo concedo mi alma
sabiéndola pecadora entre tus sábanas.
¡Detén el tiempo!
Sólo un segundo más y no podré respirar.
Desnuda, vulnerable ante ti,
en tus ojos veo deseo, deseo insaciable,
deseo por dominar mis caderas enardecidas,
de apoderarte de mi vida y de mi cuerpo
guiándome al infinito de tu ser.
Tomas con tu boca lo profundo de mi alma
Y ya, habiendo vencido al tiempo
sin aliento, tomas mi cuerpo,
y yo, perdida en la bahía de tu mirada.
¿Escuchas, amor mío?
el sonido de nuestros corazones,
de nuestros cuerpos, danzando como uno solo,
el sonido del amor y la lujuria sin paz alguna
disfrutando del sexo furtivo,
perdido en el paraíso del orgasmo,
y viviendo el calor de lo prohibido.