Carta a Thelonious Monk / Anthony Seidman

Querido amigo Thelonious:

Soy poeta, padre de un hijo, esposo esquivo, amigo que regresa la llamada, pero prefiere estar solo. En mi sala escucho tu música mientras mi hijo de 4 años gira en círculos. Algunas veces escribo poemas; cuando los griegos pedían a un dios un deseo en la pira, si una chispa se proyectaba, sabían que su deseo era otorgado. Quiero pensar que tus dedos son la yesca que incendia mis oídos.
     Algunos amigos dicen que eres percusionista e inusual, penetrando con la disonancia fortuita de manzanas ácidas y remedos, pero ¿acaso han escuchado la embarcación inclinada, el remolino de agua oscura y tibieza en los coros iniciales de «Crepuscule With Nellie»? Y durante las últimas notas de «Ruby My Dear», tus dedos son conejos sobre tonos mayores, mil puertas se abren donde distingo exclusivamente una pared; si estuvieras aquí sería bueno para que tocaras una pieza; preferentemente una que sonara como amortiguadores sobre baches y polvo de suburbios.
     Entre los sefarditas de Marruecos se decía que, si te
veías en el mercado, existía la esperanza de incrementar tu dinero o de que volviera el Mesías. He comido solitario en restaurantes, visto el desierto tras la ventanilla movediza de un autobús, hecho el amor y permanecido despierto en tinieblas; ofrendado las traiciones y los robos de cada hombre; aun así, nunca me he visto diciéndome hola a mí mismo. Pero siento que en los acordes tú pudieras reciclar, sorprender tu sombra, distinguir la música que brilla cuando uno se ve a través de su propia piel.
     Es todo. También te quería decir que aún escucho «Off Minor», y no concibo cómo el solista sigue el cambio de los acordes, y si pudiera transcribir «Nutty», conocería la trayectoria del polen.
    
     Considérame tu admirador,

     Anthony Seidman

    
     P. D.: Te deseo el tráfico de mis poemas y sus itinerarios, como la claridad del agua y la dentadura de los niños riendo.
    
     Versión de Anthony Seidman
    
    

Letter to  Thelonious Monk
    
     My Dear Friend Thelonious:
    
     I’m a poet, father of one son, a gruff husband, a friend who returns calls, but prefers to be alone. In my living room, I listen to your music while my four year old spins around in circles. Sometimes, I write a poem; when the Greeks asked for a god’s favor at the bonfire, if a spark shot up, they knew their wish was granted. I like to think that your fingers are the tinder, and they leave my ears burning.
     Some friends say your technique’s percussive and quirky, percolating with the sour apples and parrots of random dissonance, but have they ever heard the lolling embarkation, a swirling of dark water and coolness, in the opening chords of «Crepuscule With Nellie»? And during the last bars of «Ruby My Dear», when your fingers bunny-hop down the keys in a whole-tone scale, a thousand doors open where I only saw a wall. It would be nice if you were here to play me just one piece, preferably one that sounded like shock absorbers pumping over the potholes and dust of my purlieus.
     Among the Sephardim of Morocco, it was an adage that if only one could see one’s self from across the marketplace, there might be hope of profit and the messiah returning. I have sat in restaurants eating alone, seen the desert through the moving window of a bus, made love and sat awake in the dark, and committed the treasons and robberies of every man, yet I have never seen my own self wave to me. But I sense that in the chords you would recycle, you would catch your shadow off guard, and watch the music that shimmers when one can see through one’s own skin.
     That’s it. I also wanted to tell you that I still listen to «Off Minor», and I don’t know how the soloists can follow the chord changes, and that if I were able to transcribe «Nutty», I would know the trajectory of pollen.
    
     Know me your admirer,
    

     Anthony Seidman

    
     P.S.: I also wish you the traffic of my poems and all of their itineraries, such as the clarity of water, and the teeth of children laughing.

 

 

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